En estos días en que vuelan por todos lados sugerencias para replicar las medidas tomadas por el gobierno de Donald Trump, que afecta a los trabajadores migrantes que en nuestro país no tuvieron la forma de insertarse en una actividad económica bien remunerada, hay desde las clásicas e inoperantes marchas para protestar, hasta traer el escudo nacional o bandera como imagen en los perfiles de redes sociales.

Quisiera pensar de manera optimista, pero es ilógico que con esas propuestas el presidente de Estados Unidos se retractará de sus dichos y acciones, sobre todo que se compensará el recurso que los migrantes generan y envían a sus familias. Muchos de ellos están hoy escondidos y no trabajan ni generan ganancias por temor a ser deportados.

La mayor parte de las personas que hacen enormes filas en la embajada de Estados Unidos para solicitar una visa, acude para visitar ese país por sus atractivos turísticos, principalmente parques de diversiones tipo Disneylandia, aunque ir a centros de esparcimiento como Nueva York y Las Vegas también es muy socorrida. En menor cantidad están los que acuden a estudiar o a trabajar. La cantidad de gente es indicativo del dinero que se va a dejar a ese país y todos los días desde las seis de la mañana quienes tuvieron cita y pagaron más de dos mil pesos no baja. Es ahí donde le podemos pegar al gobierno republicano.

Quienes hemos tenido la fortuna de visitar esos lares sabemos que se debe ahorrar un buen tiempo para llevarse bastantes dólares y no pasar las de Caín. El primer filtro rudo es el de los trámites con los agentes migratorios, quizás el oficio más gandalla y descorazonado, después de los doctores del sector salud mexicano. Es de entender: no hay que hacer lazos afectivos con quien puede afectar tu trabajo.

En promedio los mexicanos que visitaron Estados Unidos en 2014 dejaron una derrama económica por 180 mil millones de dólares, de acuerdo con cifras de la Oficina Nacional de Viajes y Turismo (NTTO, por sus siglas en inglés). Es casi lo que el gobierno federal afirma que dejará de gastar por el subsidio a la gasolina. Por lo tanto, la sugerencia es no visitar a nuestros vecinos del norte y entonces podremos darle una buena pedrada al gigante, y quizás podamos un día tumbarlo.

Lo veo difícil. Hay libertad de viajar, además de que es un indicativo de bienestar económico.  En Tijuana el pasado fin de semana se hizo una convocatoria que funcionó y fueron pocos los que pasaron a San Diego a hacer sus compras y la economía de esa ciudad lo resintió. Habría que convencer a nuestros amigos y familiares sumarse a una iniciativa similar, es mucho mejor que dejar de comprar en tiendas y franquicias estadunidenses que proveen de trabajo a millares de mexicanos.

Pregunta para el diablo

Y cuándo dejen de pasar droga, ¿qué se meterán los adictos de EU?

Imagen de: Turismo Nueva York