El dirigente de Morena, Andrés Manuel López Obrador, afirmó que los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) están al servicio del régimen y no tienen un compromiso con la democracia.

No es un tema nuevo pero el lunes recobró fuerza una segunda vuelta electoral cuando los tres principales precandidatos presidenciales de Acción Nacional coincidieron es que es necesario legislar y garantizar que en 2018 el futuro Presidente de la República cuente con una mayoría robusta de votos y no apenas ronde en el 30 por ciento con el que han llegado a Los Pinos en los últimos procesos electorales.

La Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) confirmó sanciones a partidos políticos por incluir a menores de edad en promocionales difundidos sin contar con el consentimiento de los tutores, ni recabar la opinión de los menores.

Durante el Congreso Nacional Extraordinario de MORENA, miembros del instituto político decidieron “la política de alianzas del Movimiento de Regeneración Nacional rumbo al 2018” presentada por Andrés Manuel López Obrador.

La secretaria general panista, Martha Erika Alonso, advirtió ayer de los riesgos internos y que desde el domingo pasado viven todos los partidos políticos: la ansiedad de quienes aspiran a posiciones de elección popular en 2018.

Luego de las elecciones en Coahuila, Nayarit, Veracruz y el Estado de México, la presidenta del PRD, Alejandra Barrales, aseguró durante una rueda de prensa que trabajará para lograr la unidad con los partidos de oposición y elegir al mejor candidato que encabece un frente opositor, ya que señaló que su partido no irá solo en el 2018.

La panista Margarita Zavala aseguró que el PAN se está debilitando como una opción real de cambio, y advirtió que no apoyará a un partido que se aleja cada vez más de sus principios.

Quisimos esperarnos hasta el mediodía de este lunes para confirmar lo que durante meses hemos dicho en este espacio, Andrés Manuel López Obrador es el principal enemigo de Andrés Manuel López Obrador.

Ricardo Anaya no puede argumentar que lo orilló su ímpetu juvenil, fue su ambición la que lo llevó a declarar al primer minuto de las seis de la tarde de ayer que su partido había ganado las elecciones en tres de los cuatro estados en juego cuando faltaba una hora para que concluyera el proceso en Nayarit.

La grilla está que arde y muchos actores de la vida política nacional no están dispuestos a quedar como simples espectadores.