La secretaria general panista, Martha Erika Alonso, advirtió ayer de los riesgos internos y que desde el domingo pasado viven todos los partidos políticos: la ansiedad de quienes aspiran a posiciones de elección popular en 2018.
“No son los tiempos políticos (en Acción Nacional) para estar alzando la mano, son tiempos de trabajo, de construir la unión, aprovecho este medio para hacer un llamado a todos los militantes panistas a ser mesurados y no anticiparse al proceso electoral 2018, es tiempo de cerrar filas y respaldar las acciones de los buenos gobiernos emanados del PAN, como es el de Tony Gali”, advirtió.
El escenario lo viven o lo padecen los distintos partidos en Puebla, donde habrá elecciones de gobernador, diputados locales y 217 presidentes municipales, y a nivel federal por el tema de las candidaturas presidenciales y legisladores al Senado y diputaciones.
Hubo contención por las elecciones del Estado de México, la expectativa de los resultados propició cautela en los que militan en partidos que gobiernan y un paso discretos de sus opositores, pero todos echaron a su modo su gato a retozar.
Alonso Hidalgo, una de las panistas más señaladas para ser candidata al gobierno del estado, dijo que eso no la inquieta.
En realidad ella depende de factores que trascienden su propia voluntad y tiene que ver con la designación presidencial y las negociaciones que se deriven para mantener la unidad panista, hoy tan endeble.
En el PRI hay personajes como Juan Carlos Lastiri que está más que activo buscando la nominación al gobierno del estado y por ello, como en el ajedrez, sugirió como futuro presidente del Comité Municipal priista para la capital al oaxaqueño Javier Casique con la intención de amarrar el apoyo de Enrique Doger, que con ese movimiento estaría destinado a la presidencia municipal de Puebla y no al gobierno.
Hay ansiedad también en el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), sus militantes saben que la designación de los candidatos a gobernadores dependen de la voluntad de su presidente, Andrés Manuel López Obrador pero inquietos buscan dejarse ver aunque sea en escándalos como José Juan Espinoza o haciendo trabajo político, tipo Alejandro Armenta, Luis Miguel Barbosa y Rodrigo Abdala con su presencia en las elecciones del Estado de México.
En el perredismo no hay movimiento hasta ahora porque la corriente mayoritaria, después de la salida de los barbosistas, sabe que buscará la alianza o coalición con otros partidos. No descartan sumarse a un frente de izquierda pero saben que su futuro puede estar ligado al PAN, en especial si su candidato presidencial es Moreno Valle.
Legalmente los procesos electorales empezarán en unos meses. En la primera semana de septiembre el federal y en la última semana de noviembre, el local.
Como nadie quiere quedarse fuera de la jugada tienen actividad política y levantan la mano, aunque como dijo la secretaria general panista aún no son los tiempos legales.
La ansiedad los tiene en vilo, quieren el poder y saben que si no se mueven no saldrán en la foto.
Los discursos para evitar que se desboquen no necesariamente son efectivos, los políticos se mueven por sus intereses personales más que por los partidistas y en eso estan ahora, construyendo puentes y consiguiendo respaldos para sus proyectos personales.
El pragmatismo domina su actividad, son hombres y mujeres que no quieren quedar fuera de las nominaciones a puestos de elección popular, que es el primer paso, después vendrán las campañas y las elecciones constitucionales.
Quieren boleto, candidaturas, y eso domina su tiempo, lo demás son como los llamados a misa: sólo va quién quiere.
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