Un militar poblano que se dio de baja recientemente, comentaba que prefirió el desempleo a desempeñarse en activo porque era enviado a operativos en los que vio morir a compañeros y ellos están limitados a disparar, a pesar de las agresiones de los criminales. Primero por las instrucciones que llevan de respetar los derechos humanos y después porque su armamento no se compara con la capacidad de fuego de sus contrincantes.

 

 

El jueves pasado una declaración del secretario de la Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos, de que están dispuestos a regresar a sus cuarteles porque no se prepararon para ser “policías”, propició declaraciones que van del reconocimiento del Presidente Enrique Peña Nieto a sus aportaciones a la seguridad y la confirmación de que de mantendrán en operativos policiacos.

 

 

Además, legisladores federales aceptaron un periodo extraordinario para legislar sobre la Seguridad Interna y darles garantías a los soldados. La precandidata presidencial del PAN, Margarita Zavala de Calderón, dijo que de llegar a Los Pinos los regresará a sus cuarteles, cuando su esposo hace 10 años les ordenó enfrentar en las calles una guerra contra el narcotráfico.

 

 

El secretario Cienfuegos declaró que las tareas en materia de seguridad desnaturalizaron la función del Ejército y dijo ser el primero en alzar “las dos manos” para regresar a los cuarteles y dejar el combate al crimen a las autoridades civiles.

 

 

Reclamó de manera enérgica la falta de apoyo por parte de los legisladores y otros sectores en las operaciones que realizan los soldados en materia de seguridad pública.

 

 

“¿Quieren que estemos en los cuarteles? Adelante, yo sería el primero en alzar no una, las dos manos para que nos vayamos a hacer nuestras tareas constitucionales, nosotros no pedimos estar ahí (en las calles), no nos sentimos a gusto, ninguno de los que estamos con ustedes aquí estudiamos para perseguir delincuentes”, advirtió el general.

 

 

No se quedó con las ganar de reprochar a los legisladores que no definan en la ley su tarea en las operaciones de seguridad, que los estados no hayan reestructurado a sus policías en 10 años, que no existan apoyos -como presupuesto- para sus labores, y para colmo, que el nuevo sistema de justicia penal no funcione como debería para tener a los verdaderos delincuentes en la cárcel.

 

 

“¿Qué quieren que hagamos? No hay una definición, las directivas que se nos dan es que las unidades hagan acto de presencia, pero eso no es nada, hasta dónde, con qué fuerza, les recuerdo el fatal incidente que tuvimos en Culiacán, les dispararon a los soldados con ametralladoras calibre .50, que son armas para la guerra y los traen los delincuentes, pero si nosotros vamos con esas armas en las calles es otra la idea que damos y otra la opinión que tiene la gente de su Ejército.

 

 

“Necesitamos que el Congreso, particularmente el Senado, quien tiene que definir las tareas de las Fuerzas Armadas, que nos diga con precisión qué quieren que hagamos, porque estamos en la incertidumbre, no hay nada, las Fuerzas Armadas podemos tener 10, 30, 40 o 50 años, todos los días a atender a la sociedad y el día que nos resbalamos nos pasa lo que al equilibrista y sin red, nos caemos y hasta ahí llegamos”, advirtió el secretario Cienfuegos.

 

 

Hubo expresiones de diversos sectores reconocimiento el trabajo del Ejército Mexicano en estos 10 años, empezando por el Presidente Peña Nieto y también la secretaría de Gobernación y el Consejo Nacional de Seguridad Pública establecieron que su participación es indispensable en este momento que va la alza la inseguridad en el país.

 

 

Margarita Zavala de Calderón el sábado pasado en un evento político de respaldo a sus aspiraciones presidenciales prometió que, de ganar la elección presidencial de 2018, regresará al Ejército a los cuarteles.

 

 

No mencionó que su esposo, el ex Presidente Felipe Calderón, en diciembre de 2006 sacó a los militares a las calles para combatir el crimen organizado, reprochó a la administración de Enrique Peña Nieto haber abandonado a las instituciones de Justicia.

 

 

“Tenemos miedo porque el gobierno abandonó a las instituciones de justicia, abandonó a los policías y no quiere prevenir el delito. Que quede claro: sí importa quién toma las decisiones, sí importa quién es el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas”, precisó.

 

 

Mientras tanto, los coordinadores del PAN y PRD en el Senado y el presidente de la mesa directiva de los diputados se manifestaron a favor de ir a un periodo extraordinario de sesiones para legislar sobre las facultades de las Fuerzas Armadas en el combate a la delincuencia.

 

 

Fernando Herrera, coordinador de los panistas, anunció que mañana martes sesionará la Junta de Coordinación Política para definir la fecha y la ruta del dictamen. Recordó que existen iniciativas congeladas tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado desde el sexenio del ex Presidente Felipe Calderón.

 

 

“Es un tema de prioridad nacional y puede tratarse en un periodo extraordinario si es necesario o en el periodo ordinario que inicia en febrero. Los trabajos de análisis podrían iniciarse en enero del próximo año”, mencionó.

 

 

El tema está a debate, urge una ley que regule la participación de los elementos del Ejército Mexicano en los operativos de seguridad pública y su presencia hoy es más indispensable que hace 10 años, cuando el Presidente Calderón para legitimarse en calidad de Jefe de la Fuerzas Armadas les ordenó salir a las calles a emprender una guerra contra el narcotráfico, la que no ganó, todo lo contrario.

 

 

Hoy el crimen está agresivo y en un abierto reto a la autoridad agrede a la ciudadanía propiciando un ambiente que es insostenible.

 

 

Los militares no tienen un respaldo legal para actuar en tareas de Seguridad Pública, por eso piden con las dos manos regresar a sus cuarteles. 

 

 

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