Andy Ruiz, quién es ahora el flamante campeón mundial de los pesos completos, comenzó a escribir una de las hazañas más grandes en la historia del boxeo con un mensaje a través de su red social de Instagram.
El nocaut que el pugilista nacido en Imperial Valley, California—con ascendencia y nacionalidad mexicana— le propinó el sábado al inglés Anthony Joshua (22-1) tuvo como origen una promesa que Ruiz compartió en la red social del entonces triple monarca de los pesados de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), Organización Mundial de Boxeo (OMB) y de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) cuando se encontraba buscando un digno rival para subir al ring.
El destino no quiso que Joshua, quien fue acumulando coronas de los completos desde 2016, expusiera sus reinos ante el invicto Jarrell Miller (23-0-1) después de que el estadunidense arrojó tres positivos en controles antidopaje.
Los asesores de Joshua se dieron a la tarea de buscar un rival para su musculoso campeón de 1.98 metros de altura de 29 años y en ese andar leyeron el mensaje de Ruiz: “Dame la pelea, voy a pelear más fuerte que cualquiera de los hombres que han mencionado, voy a darle una mejor pelea y voy a vencer a Anthony Joshua”.
La presentación de Ruiz era su gran marca de 32-1 y tres triunfos en fila luego de ceder su única derrota por decisión mayoritaria en diciembre de 2016 ante Joseph Parker, una víctima de Joshua a través de una polémica decisión en marzo de 2018.
El estigma del sobrepeso acompaño a Ruiz, que le restaba respeto en la esfera del boxeo y entre los aficionados que hacían de esto un motivo de polémica. Para él, era más un tema de arrojo y corazón afrontar al invicto británico de 112 kilos de masa muscular, y no que él luciera sus 121 kilos sin tener un cuerpo atlético.
El mexico-americano tuvo siete rounds para sorprender al mundo y lo logró. En él tercero el tocó la lona, pero sacó el arrojo para mandar dos veces a Joshua como respuesta en ese mismo episodio. Fe en el séptimo donde se transformó en una máquina de golpes arriba que tumbó otras dos veces al gigante para apropiarse de tres tronos que lucían imposibles para él antes de esa noche.
La victoria le dio a Ruiz la oportunidad de mandar un mensaje al mundo y dedicar el triunfo a México. El pugilista sólo acepta que es mexicano más allá del lugar donde nació, pues ha manifestado que se enorgullece de sus raíces.
