En la memoria está fresco el 1 de septiembre como el día del besamanos. Fue hace 34 años cuando Jolopo dijo que defendería el peso como un perro; era lo menos que esperábamos ayer de Enrique Peña Nieto, si no con las mismas palabras sí con la actitud, ante Donald Trump. Lo ideal hubiera sido responderle: “entonces no tenemos nada que hablar y se puede ir”.
El descontento en el país es mayúsculo y el gobierno federal le atiza más sin analizar la consecuencia de sus actos. El evento de ayer dejó más dudas y rechazo que posibles soluciones. El aumento a la gasolina, que parecería insignificante pero que si lo multiplicamos por millones de litros que se expenden al día, engordará las arcas, pero la percepción popular es que el dinero extra no se dirige allí.
Mención aparte y más preocupante debe ser la declaración del gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, en cuanto al crecimiento de la deuda externa y la obligación del gobierno mexicano a hacer frente al pago puntual y el acceso a créditos futuros, lo que pondría en riesgo la estabilidad económica, de por sí frágil. Veamos la carrera del dólar por alcanzar los veinte pesos.
Todo eso nada más para empezar, si le agregamos el tema de la tesis plagiada más lo que no se ha solucionado como la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, el incremento del narco en el país y la incipiente lucha por las plazas que dejan algunos grupos y el surgimiento de otros; la rebeldía de la CNTE y sobre todo la corrupción desde el mismo poder, evidente en estados como Chihuahua y Veracruz, hacen de este cuarto informe en hojitas encuadernadas un texto falto de credibilidad, lejos de la realidad y sin noticias buenas, a pesar de la campaña presidencial en demostrar lo contrario. Si seguimos la lista es larga
Con todo eso el reality show a modo que se montará este día, en el que el presidente se reunirá con jóvenes de dudosa capacidad crítica para interactuar con motivo del informe, nos deja un mal sabor de boca y que todo pareciera un circo armado para decir que todo está bien, la gente está contenta y los únicos infelices que se quejan son inadaptados al modelo priísta.
Con el nivel más bajo de popularidad que se tenga memoria y una total falta de credibilidad, Peña Nieto comenzará su quinto año de gobierno; sólo ha cumplido 60 de sus 266 compromisos de campaña, las promesas parece que el viento se las llevó y los desmemoriados, que son mayoría, seguirán viendo en el PRI una opción que la historia ha mostrado no sirve más que para engordar algunas cuentas bancarias.
Pregunta para el diablo
¿Una universidad patito debería reconocer plagio en una investigación?
Imagen de. Archivo Google