Mientras los mexicanos nos entretenemos con la captura en Guatemala del ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte, y la posibilidad de su extradición, y la inminente expulsión del diputado federal Alejandro Armenta del PRI, en Estados Unidos el Presidente Donald Trump firmó el martes una orden ejecutiva que es identificada como “compra americano, contrata americanos”, con la que puso barreras a las visas de trabajo legal para los extranjeros mejor preparados, entre ellos miles de mexicanos, y amenazó nuevamente con la revisión del Tratado de Libre Comercio y si no es a modo de su país dirá Adiós al acuerdo.
Después de recorrer una planta manufacturera en Wisconsin, Trump firmó la orden ejecutiva que “pone a EEUU de primero”, al combatir el fraude y los abusos al sistema de visas “H-1B”, para dar prioridad a los productos y trabajadores estadounidenses. “EEUU va de primero, es mejor que lo crean. Ya es hora”, dijo Trump, al visitar la fábrica de herramientas Snap-on Tools, en Kenosha, en un discurso que evocó la retórica de su campaña electoral el año pasado.
Se presentó como defensor de los trabajadores y empresas de Estados Unidos y explicó que la orden ejecutiva –firmada en el estado que contribuyó a su victoria en las urnas- pretende promover “agresivamente” el uso de bienes hechos en su país y la contratación de estadounidenses.
Como parte de la reforma que prevé Trump del sistema de visas “H-1B”, éstas se otorgarían no como la lotería actual sino a los solicitantes “más calificados y mejores pagados” y jamás se usarían para reemplazar a estadounidenses, precisó.
La medida no cambia el límite anual en las 85 mil visas que EEUU concede cada año a extranjeros con altas destrezas laborales en las áreas de tecnología, ciencias, ingeniería y matemáticas. De ese total, 20 mil están destinadas a extranjeros que han obtenido posgrados en universidades estadounidenses.
Sólo que el documento pretende dar prioridad a productos y trabajadores estadounidenses, a través de medidas administrativas o de las leyes comerciales y de licitación federal.
Varias leyes ya exigen que las agencias del gobierno privilegien a los productos hechos en EEUU en la concesión de contratos para proyectos federales pero, según la administración, con “demasiada frecuencia” recurren a exenciones y resquicios legales.
Muchos contratos federales van a parar a empresas que, para ahorrar gastos, utilizan productos extranjeros altamente subsidiados y que ponen en desventaja a los productos nacionales.
Las áreas metropolitanas de Nueva York, Texas, California, Illinois, Michigan, Washington y Massachusetts encabezaron la lista de sitios con al menos 5 mil visas “H-1B” en 2013, según la Institución Brookings.
El temor de grupos pro-inmigrantes es que esta orden ejecutiva abra la puerta a más restricciones al resto de visas que benefician a los latinos. Después de todo, Trump apoya que el sistema de visas se apoye en “méritos” de los solicitantes.
La noticia es mala para los mexicanos porque aunque el año pasado 2 mil 540 son los que tramitaron esas visas, sus familiares no siempre cuentan con una estancia legal y temen que les puedan retirar ese beneficio para entregarlo a estadunidenses, lo que vendría a separar familias y regresarlos al país donde no encontraron oportunidades y un nivel de vida acorde a sus estudios y conocimientos.
La orden ejecutiva pide que los departamentos de Estado, Justicia, Trabajo y Seguridad Nacional adopten “acciones rápidas” para combatir el “fraude y abuso” en el sistema de visas H-1B, porque muchas empresas las usan para llenar plazas de menor rango –y con menor sueldos- en el sector de la tecnología de información, en vez de contratar a empleados con altas destrezas laborales.
El gobierno de Trump calcula que cerca del 80% de los trabajadores con visas H-1B recibe menos que el salario medio en sus respectivos campos. Sólo entre el 5% y el 6% de estos trabajadores, dependiendo del año, se ubica en la máxima de las cuatro escalas salariales de este tipo de visas.
Las agencias deberán revisar sus políticas y exenciones en torno a la licitación de contratos, y el secretario de Comercio, Wilbur Ross, deberá entregar un informe con recomendaciones para iniciar una reforma del sistema.
Ross también deberá evaluar los tratados comerciales y recomendar medidas correctivas para las prácticas de comercio que perjudiquen a Estados Unidos.
Ahí está nuevamente la amenaza contra México, porque si bien el TLC no respalda una política migratoria es común que se extiendan visas para empresarios, ejecutivos, científicos, trabajadores capacitados y sus familias para residir legalmente en Estados Unidos lo que ahora es amenazado por la orden ejecutiva firmada por Trump.
Un ejemplo en donde hay poblanos trabajando legalmente es en empresas como Disney y Southern California Edison, donde “también es legal pagar menos a través de las visas H-1B, en comparación con otros trabajadores estadounidenses debido a los reglamentos de salarios”.
El escenario de la orden ejecutiva “compra americano, contrata americanos” es una pésima señal para muchos mexicanos que gracias a su esfuerzo habían conseguido trabajo legal y para miles de jóvenes que tienen aspiraciones de estudiar, prepararse y trabajar en la Unión Americana.
En un mundo global eso es factible pero en el Estados Unidos amurallado de Donald Trump no.
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