Con la llegada del nuevo gobierno federal llegaron una serie de cambios. Lógico. “Cada maestrito, con su librito”

               Cambios que en teoría o en opinión del presidente de la república generarían una transformación. La cuarta como él le llama.

               Estos cambios pueden o no ser benéficos. Solo el tiempo mostraría su efecto. El producto de ellos.

               El axioma de que todo cambio es para mejorar es en realidad un paralogismo.

               Porque no todos los cambios son así y para eso. Unos son para mejorar. Algunos fueron o serían para empeorar.

               Lo que estamos viendo en materia de gobernabilidad no necesariamente es para empeorar. Sin embargo algunos de estos cambios presentan indicios que sí podrían ser para empeorar.

               Claro, si no se toman las medidas precautorias antes de llevarlos a cabo. Ejemplo de eso es el combate a la corrupción.

               Hay un afán de parte del presidente de la república por llevar a cabo tal lucha. Eso es magnífico.

               La corrupción en México no es producto de 100 años de gobiernos anteriores. Más bien es desde casi siempre. Acentuada por la Conquista. Entonces se puede decir que es algo cultural. ¿Por qué?

               Porque es la forma como se llevan a cabo en el país casi todas las operaciones de negocios, de comercio y en general. Esto lo saben todas las personas que aquí vivimos.

               La corrupción siempre ha causado risa o ha sido cómica al hablar de ella. “Móchate, ponte la del puebla, etc”. Es endémica y sistémica.

               Si se trata de sobornar a un policía, tendríamos que tomar en cuenta que el 60% de los mexicanos son los “mordelones”.

               Los policías no. Porque en este caso fueron los “mordidos” por los ciudadanos.

               “Los mexicanos consideran que el gobierno es altamente corrupto; sin embargo, aceptan pagar sobornos, evaden impuestos y son el país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que con mayor frecuencia evita pagar el servicio del transporte público”. (OCDE, Revisión de la Integridad en México, 2017)

               La persona que es corrupta provoca un mal diverso. Por ende es malvada. Luego injusta. Con su tranza provoca una injusticia. Con la corrupción que lleva a la práctica. ¿Para qué lo hace?

               Para obtener algún bien o satisfactor. Alguna ventaja sobre los demás por medio del abuso del poder que ostenta o por la relación que mantiene con otras personas. Esto le permite obtener una ganancia y así, e esta forma es una injusticia. Es corrupción.

               La corrupción, la maldad, la injusticia son instrumentos que provocan terror. Entonces quienes practican con tales instrumentos serían una especie o tipo de “terroristas”. Además atribulan al resto de la gente con sus acciones.

               Debemos tomarles y combatirles con la seriedad del caso para no provocar crisis innecesarias. Auto-provocadas. Y lo peor, generadas por una falta de planeación y operación efectiva. Donde la logística esté presente. No como con Calderón y el combate a la violencia. Así ahora con el combate a la corrupción y los corruptos.

               Los que son una especie de terroristas y quienes causan los graves problemas que a diario sufrimos los ciudadanos con sus injusticias. Entonces y por eso son una especie de terroristas. Causan terror. Causan tiempos de tribulación.

               Son estas personas las que provocan compras de pánico. Como con la gasolina que se están dando en seis estados de la república. Así como en la CDMX.

               La acción y el producto de las acciones de las personas que actúan con maldad son sin duda productos de la corrupción. El terror y tribulación para la gente.

               Estamos viendo una etapa inicial de esto. Son apenas unos pocos días del desabasto. Que no es escases.

               ¿Cuándo se restaurará el suministro normal de gasolina? Pronto, dijo nuestro presidente. En el futuro. Lo que significa que es incierto. No se sabe. No hay plan.

               ¿Cuál es el fin que se persigue? ¿Terminar la corrupción?

               Me temo que “sale más caro el caldo que las albóndigas”. De seguro la gasolina en el mercado negro está más cara que nunca.

               Se dice, se comenta y se rumora que en Querétaro se ofrece gasolina a domicilio a 25 y 30 pesos el litro. Y el aeropuerto no solo amenazó con detener operaciones en la mañana del miércoles, sino que para la tarde anunció el cierre. (Mientras escribo). Pero solo eso.

               Sí, parece que hay mucha gente involucradas de la pasada administración y de la antepasada administración y de ante, antepasada administración.

               Sí, esta operación puede ser un gran acierto de nuestro presidente. Pero es una lástima, que la forma de llevar a cabo la acción haya sido tan contra producente. Lo que me hace considerar:

               El desabasto provocado fue intencional o de plano, las personas que el presidente ha puesto para dirigir tanto Pemex, como la Secretaría de Energía y Gobernación son de plano muy incompetentes.

               ¿Veremos culpables en la cárcel? De eso dependerá que la opinión pública quede satisfecha. Ya que cualquier comercio que compre mercancía “chueca” o robada para venderla comete un delito merecedor de cárcel. Así, esperaríamos que todos los gasolineros que han sufrido por falta de combustible y que han sido acusados de comprar y vender huachicol, sean encarcelados.

               ¿O entonces, cómo creer en la lucha vs la corrupción? Así está El Meollo del Asunto.