Columna: El Meollo del Asunto.
Por: Daniel Valles.
No, al parecer no fue buena la experiencia del regreso a clases de manera virtual.
Los reclamos son más que las buenas experiencias. Al menos las que se manifiestan en los medios de comunicación. Y era de esperarse. El Método es “suigéneris”, es decir, inédito.
Nunca antes en la historia de la educación pública o privada se había dado el caso de que el regreso a clases fuera virtual, de manera total. Ayer se presentó por primera vez. Siempre hay una, dicen.
Esta, seguro que todos hubiéramos preferido que no se diera. Por lo que significa. Una pandemia que sigue sin poder controlarse. No sólo en México, sino en el mundo. En nuestro país, con una dosis mayor de politiquería y hasta negligencia por parte de la gente y de la autoridad federal de salud
Al parecer había que empezar las clases. Era como una consigna. Como le comenté el día de ayer, parecería que era más importante dejar registrado el hecho que a pesar de la pandemia, el gobierno federal inició en tiempo y forma el ciclo escolar actual.
De hecho, fue mencionado así por el jefe del Ejecutivo Federal, durante la ceremonia simbólica de inicio de actividades efectuada en Palacio Nacional, durante la conferencia de prensa que el mismo Ejecutivo lleva a cabo todos los días.
Pero oh, realidad. Esta fue muy diferente.
Ahora no se vieron las escenas de los niños llorando a las puertas de la escuela cuando eran dejados para que asistieran por primera vez a clases. La emoción del regreso a las aulas, de ver a los amigos y amigas, estuvo también ausente. Y ni qué decir de la emoción por descubrir quién habría de ser el maestro o maestra con quien pasaría los siguientes meses en la escuela. Nada de eso.
En contraste, los alumnos de kínder, primaria y secundaria, se encontraron sentados en el comedor de su casa, en la mesa en la que a diario desayunan, comen o cenan, frente a un aparato, sea computadora, lap o celular. O tal vez frente al televisor que bien conocen, pues pasan horas frente al mismo viendo sus programas favoritos.
No hubo emoción por la socialización. El ambiente eran las bien conocidas paredes de su casa. No hubo recreo, en el que pudieran contar sus aventuras y emociones por volver a estar con los amigos y amigas. A los que se quiere entrañablemente.
Todo era novedad. Y no todo fue como se esperaba. Las fallas producto de la improvisación y la falta de experiencia de alguien en a cadena de suministro hizo que la actividad tuviera no una, sino muchas fallas.
Para dar no sólo fe, sino estar en condiciones de comentarle lo sucedido en el país, debo hacer uso de los recuentos que la prensa hace.
Le comentaré tres casos. El de Naomi, de 14 años. Ella se levantó a las 07:30 horas para arrancar su primer día de clases en tercero de secundaria en la Escuela Niños Héroes, de Tlalnepantla, Estado de México. Dijo que empezó este lunes viendo televisión, pues esa fue la indicación de su maestro.
“Nos dijeron que el primer día empezábamos con tele y pues acomodé mi lugar en la sala para comenzar mis clases. En la aplicación classroom nos envían todo por mensaje y nosotros vamos a entregar nuestras tareas por esa plataforma; no tenemos interacción con el maestro. Mis clases de hoy fueron español, matemáticas, historia, química y física. Estuvo de flojera, ya que sólo vimos la tele y no nos pidieron nada”, explicó.
“La niña se estaba aburriendo, igual que sus compañeros. (Los maestros) lo exponen bien, pero parece que les aceleraron la velocidad (...) cada niño tendrá que estar grabando”.
El tercer caso: Brenda Herrera, madre de un estudiante de 13 años, tuvo el mismo problema. Las clases de segundo de secundaria programadas de 8:00 a 11:00 horas no aparecían en los canales designados.
“Parece que había una repetición para los tres grados. Yo pregunté hasta en Internet (redes sociales) y muchos tenían el mismo problema que yo”, explicó la habitante de San Juan Tlihuaca, Azcapotzalco.
Así las cosas. No dudo que haya habido buenas experiencias. Pero no se trata de que haya esta diferencia. Sino de que todo sea igualmente aceptable. Cierto, primer día, se puede ajustar. Se va a mejorar.
¿Cuál era la urgencia y la necesidad de iniciar en agosto?
A todas luces los problemas que se presentarían estaban vistos. Ya eran del conocimiento de todos. Agencias como “México cómo Vamos y el Inegi, los habían señalado.
Por qué no esperar un mes más o simplemente cancelar el ciclo escolar y ajustar en el siguiente. En este nadie va a reprobar. Todos tendrán calificación aprobatoria en sus documentos y al parecer el aspecto de la adquisición del conocimiento es lo que menos interesa. ¿Entonces?
Ayer lunes, en mi participación semanal en un programa de análisis político nacional, planteaba el tema ante mis colegas.
Hubo quien estuvo de acuerdo y quienes no. Pero hubo uno que insistía que debido al encierro que han tenido los niños, el gobierno tenía que hacer algo. Pues desde marzo a la fecha estaban en el encierro y necesitan aprender disciplina, tener algo de actividad.
A lo que en parte estuve de acuerdo, pero sostuve que no tenía que ser necesariamente así. Donde las prisas, la improvisación y el estar políticamente correctos es lo que más importa.
El no dar la apariencia de que no se puede con el paquete. Cosa que creo les ha sucedido. Pero no es raro de este régimen. El de la cuarta malformación.
Por lo pronto, la niña Naomi asegura: mis clases de hoy fueron español, matemáticas, historia, química y física. Estuvo de flojera, ya que sólo vimos la tele y no nos pidieron nada.
En Ciudad Juárez, llamé a una señora amiga que tiene cinco hijos en la escuela. ¿Cómo les fue? Le pregunté. ¿Te convence a lo que tus hijos y tú se enfrentan?
“No, no me convence, no creo que funcione al 100, porque las mamás tenemos otras ocupaciones y en la casa se distraen por más que uno quiera que no, los otros hijos si están en clases en línea y no quieren ruido.
Los padres tendremos que poner mucho para que aprendan. Todo cambia toda la rutina. ¡¡En las mañanas estar ahí 3 horas con él para que entienda, y luego otras horas con los trabajos que les encarguen!!
Lo malo también es el Internet. Aquí hay dos Internet y no así se da abasto”.
Oye y ¿cuánto te ha costado?
“Inscripciones y cuotas en escuela pública: $600 kinder, Uni entre $2800 y $3200 Prepa $2200. A parte los libros de la uni y bachilleres”. Me dijo la señora que llamaré Eréndira Martínez.
Esto de Aprende en Casa II, apenas inicia. No se sabe si es bueno o es malo, pero inició. Sin socialización, lo que es preferible y entendible. Sin maestros presenciales. Que también es mejor, pero sin la debida logística para la situación de un país subdesarrollado como lo es México y con un gobierno que le importa más lo que se dirá dentro de cien años, que lo que hoy diga la gente,
Al fin, mientras sea el dueño del micrófono, parecería que es dueño de la verdad absoluta. Ahí El Meollo del Asunto.