Viviendo en la cultura de la excelencia y del pensamiento positivo como vivimos, donde todos parecen estarla buscando, viviendo en la era de la computadora y el internet, cuando parece que el hombre-todo poderoso-gana más batallas y conquista nuevos horizontes tan lejanos como los agujeros negros del mismo universo, cuando se está considerando seriamente conquistar el planeta rojo para poblarlo en el futuro lejano, es paradójico, es increíble, es inverosímil que aún no pueda el hombre ganar la batalla más importante de su vida, conquistarse a sí mismo.
A pesar de los esfuerzos que están realizando las corporaciones encargadas de combatir el crimen a nivel municipal y estatal, las cosas no se ven nada bien para sus dirigentes. Por donde quiera que se le vea hay inefectividad y los ciudadanos vamos perdiendo. La delincuencia sigue ganando a pesar de que los índices delictivos bajaron ya una vez, hoy están a la alza. ¿Hasta cuándo seguirá esto así?
Hay que pensar positivamente, dicen, pero eso no basta, No es suficiente el cerrar los ojos y pensar que todo va a estar mejor únicamente por el hecho de hacer lo anterior-cerrar los ojos-y es que al parecer lo que estamos haciendo como sociedad está totalmente equivocado. No nos estamos dando cuenta de lo que en realidad está pasando. Que los indicadores de ello son los hechos graves que suceden a diario en todas las ciudades del país. Desde la blanca Mérida, hasta la bella Ensenada, no sólo en nuestra ciudad la degradación y depravación social aumentan a pasos agigantados. Y déjeme aclararle una cosa, no me refiero solo a la violencia, a la delincuencia, a los delitos de alto impacto, me refiero a los divorcios, a la jefatura femenina, a la maternidad entre adolescentes. A la paternidad y maternidad irresponsable. Al consumo de drogas entre la población en general y la violencia al interior de algunas familias.
Todo esto crece de manera geométrica. Tan sólo el año pasado en Ciudad Juárez han nacido 8 mil bebés a madres adolescentes. Más una cantidad similar al año anterior y el anterior. Todo esto se está dando en la familia del hombre moderno, de la mujer que busca la excelencia y la superación individual y personal. De la gente muy open mind”. Vea usted:
En nuestro país, la mayoría de todas las demandas en los juzgados civiles son para iniciar un trámite de divorcio. Demostrando con esto el nivel de explosividad, de irritación e intolerancia que se vive en la familia mexicana ante la imposibilidad de satisfacer las necesidades materiales, emocionales y resolver internamente las confrontaciones familiares. ESTO GENERA VIOLENCIA. La que se mostrará-por un lado-en el índice de delitos.
Es curioso que mientras los índices del divorcio aumentan sucede lo mismo con los índices que marcan la delincuencia en todas sus ramas y aspectos. Lo que hace pensar a los expertos que ambos indicadores están ligados. Y con razón.
Combatir la violencia no se hace sólo con policías y con dinero. Con estos se combaten los delitos. La violencia se combate con prevención educativa. Firme, bien dirigida. Con el elemento que proporcione una estabilidad emocional e intelectual. Para que la persona pueda lograr realizar una función primordial. El pensar correctamente. No sólo de manera positiva. Ya que esto no es suficiente. Es en la prevención donde está el Meollo del Asunto.
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