Por: Daniel Valles.
Los mexicanos estamos tan involucrados en la cultura norteamericana que casi “somos gringos”. Hablamos, pensamos, comemos y vivimos como ellos. Muchos prefieren Starbucks, Wall-Mart, Burguer King. Se usan palabras que otorgan efímera categoría o clase: “selfi”, “empoderar”, “cash”. Vamos de “shopping” y ni hablar de la tecnología. Sé que es más práctico y conveniente usar “back up”, “Tablet”, imail, etc. Lo que en España no hacen. ¿Será por la distancia que hay con EUA o por el amor al idioma español? Vaya usted a saber.
Lo cierto es que en México estamos más metidos opinando sobre la elección norteamericana, que parecería que es nuestra elección. Los medios de comunicación no hablan de otra cosa que no sea Hilary de Clinton y Donald Trump. La gran fuerza de éstos medios ha metido el tema en el diario vivir de todos los mexicanos y del mundo entero. ¿Es una elección tan importante? ¿En qué es diferente a la de Kennedy-Nixon?
La pregunta sería difícil de contestar para el grueso de personas que opinan en las redes sociales y en muchos medios mexicanos. El tema no es único, pero resalta un muro. Un discurso “de odio”. (Término acuñado en EUA que en México se ha hecho popular por muchos motivos no muy claros y que se usa para medir solo al señor Trump cuando éste pronuncia algo que no es del agrado de muchos en México. Pero que igual, los mexicanos expresan impunemente lo mismo, de diferente forma). También está la devaluación o variación del tipo de cambio del peso frente al dólar. El cambio en el “status quo”. El que quienes lo ostentan, lo organizan, lo controlan, lo defienden a ultranza. Dando con ello una lectura equivocada para quienes no lo ostentan, sino que son sus víctimas. La gente en general. Las fundaciones. Las organizaciones sociales y financieras. Quienes detentan el poder político que lo han convertido como la fuente de sus privilegios, se ven en peligro de perderlo todo, si Hillary no llega a la Casa Blanca.
Estos son algunos de los “bemoles” que la gran cantidad de “opinadores” en redes sociales no toma en cuanta. Y con ello no afirmo que la otra opción sea mejor. Pero sí es una que ha encontrado apoyo entre miles de personas que están cansados de “más de lo mismo”. Lo que ofrece Hillary. La que el presidente Obama prometió terminar y no cumplió. Como tampoco cumplió sus promesas de legalización de millones de mexicanos ilegales que se encuentran viviendo en EUA y que a diario salen a trabajar teniendo que sortear un sinfín de obstáculos para poder ganarse la vida. De hecho, es quien más ha deportado y separado familias.
En México-falsamente-se considera que tales personas tienen derecho a ir de ilegales a trabajar allá. A un país que no los ha legalizado. (Ni los legalizará). Pero que le recriminan a Trump que hable y diga los que no solo los norteamericanos del KKK dicen, sino una gran mayoría de anglos y también de negros norteamericanos.
Hay muros que no se ven. Aunque sean más grandes, peligrosos y separatistas que los que sí se ven. Muros que solo se sienten cuando ya no se pueden cruzar. De estos son los que Hillary ha levantado a lo largo de casi tres décadas. Muros que tienen que ver con una degradación de la vida. Con favorecer la guerra que la elite gubernamental y financiera apoya siempre. (Un presidente de EUA, no puede hacer la guerra sino tiene el apoyo del congreso. Lo que requiere de ambos partidos).
Los muros que Hillary ha levantado están ya en toda la sociedad occidental. La han dividido. La han trastocado y afectado en su “modus vivendi”. Tienen que ver con el origen y promoción de una ideología que ha transformado las bases de la vida familiar, social, laboral y en general, que ha permeado estos ambientes con una premisa falsa. Usando “medias” verdades. El beneficio de la mujer. Los derechos reproductivos de adolescentes.
Sabemos qué cuando se edifica algo con base en una premisa falsa, se tienen resultados igualmente falsos. Fáciles de aceptar porque son correctos políticamente. El aceptarlos o no depende la permanencia en las plataformas donde hay dinero, fama y poder. Elementos que satisfacen mejor que cualquier droga conocida. Son el mejor satisfactor de la historia. Para el que no existe ley en contra. Y por los que en cualquier época el ser humano ha arriesgado todo. Pero también, es como edificar sobre arena.
En México se reclama el discurso racista de Trump. El que es un asco. Cierto. No se identifica el que Hillary usa, plagado de paralogismos. En México se tolera el discurso de políticos que hacen lo mismo que Trump con los pueblos indígenas mexicanos. No se recrimina el discurso de odio que la ideología de género fomenta diariamente. Y que Hillary ha encabezado y promovido desde los ochenta del SXX. No se analiza que con el pretexto de la equidad, se ha construido una sociedad más inequitativa. Que por “empoderar” esto y lo otro, se ha podrido y empeorado el diario vivir de 390 mil jóvenes adolescentes que están pariendo a su primer hijo. Estando discapacitadas para funcionar como madres de familia y perpetuando el círculo de la pobreza. Se ha fomentado la irresponsabilidad masculina. Hay facilidad de abortar. Sea en una clínica del gobierno o por medio de una pastilla de emergencia. Usando para esto r promoviendo las premisas falsas y las “medias” verdades.
Se reclama el descaro de decir que habría un muro pagado por México para evitar que crucen los pobres mexicanos a EUA, cuando se tolera el crecimiento geométrico de éstos en el país. A los que se les ponen otro tipo de muros. Los que están cimentados en la gran corrupción gubernamental y privada que domina el país, sin que todas esas voces que reclaman a Trump y favorecen a Clinton hagan lo mismo con los connacionales que reclaman. ¿Por qué? Porque no lo quieren ver igual. Porque se critica lo ajeno, pero se tolera lo propio. Porque si son expulsados 4 millones de michoacanos de EUA, no sabrían qué hacer con ellos en Michacán. Según dijo el gobernador de ese estado, Silvano Aureoles.
Hay muros que no se ven. Aunque sean más grandes, peligrosos y separatistas. Que también están en juego en la elección de hoy en EUA. Pero el que no lo sabe, es como el que no lo ve. Ahí El Meollo de este Asunto.
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