El ingreso de los grupos criminales al estado de Puebla no es otra cosa que la consecuencia de la mala toma de decisiones de la clase gobernante del país, la cual pasa bajo la responsabilidad de la presidencia de la república hasta los gobiernos estatales y municipales.

Un claro ejemplo es Puebla y las omisiones o complicidades – vaya usted a saber – que gobiernos como los de Luis Miguel Barbosa Huerta, Guillermo Pacheco Pulido y hasta el gobernador por el que nadie vótó Sergio Salomón Céspedes Peregrina, tienen a Puebla con una fuerte crisis de inseguridad resultado de haber abandonado a los poblanos a la suerte de los criminales.

Por muy poco tiempo, el triángulo rojo dejó de ser el talón de Aquiles de la entidad convirtiéndose en un lugar donde al menos ya se podía transitar por la zona sin temor a ser balaceado, levantado o saqueado tras los constantes operativos que provocaron los cierres de ductos y el patrullaje de la zona.

El cierre estratégico del poliducto Minatitlán – México y el traslado del combustible por la vía terrestre, provocó un grave daño a la industria huachicolera como lo documentó La Jornada el 5 de noviembre del 2017, lo que en consecuencia se reflejó en la baja de la inseguridad de la zona.

Tan así fue, que la empresa Ferrocarriles del Sureste S.A. de C.V. mejor conocida como Ferrosur, entregó un reconocimiento a Puebla por el combate al robo de trenes en zonas donde el saqueo y robo que era controlado por el crimen organizado, se frenó al 100%.

También vale la pena recordar la participación de las fuerzas federales en Puebla, las cuales se establecieron a través de la llegada de la industria militar y Marina en la Célula.

Sus operaciones se coordinaron con los 3 niveles de gobierno, que si bien es cierto tenían muchas limitaciones, permitió – entre otras acciones – dar golpes certeros como la baja de “el Quino” tras un operativo en Chipilo o la detención en San Andrés Cholula de Leticia Rodríguez Lara, alias “Doña Lety” o “La Reina del Sur”, principal operadora de la violencia en Quintana Roo, como lo documentaron medios nacionales.

¿Qué pasó después?

Llegó Guillermo Pacheco al gobierno de Puebla tras un acuerdo con los grupos políticos afines al Barbosismo para planchar el camino de la llegada del gober rencoroso.

Lejos de que ambos personajes se dedicaran a preservar y consolidar la seguridad para los poblanos y principalmente se dedicaran a gobernar, Pacheco Pulido se dedicó a saquear las arcas del estado (dicho por el propio Barbosa) y el gobernador rencoroso se dedicó a perseguir a quienes pensaban distinto.

El odio de Barbosa, lo llevó a desgobernar, a perseguir, callar y encarcelar a quienes lo criticaron o a quienes le dijeron que debía perseguir, dejando en un segundo plano de importancia su obligación de garantizar la seguridad para los ciudadanos.

Pacheco y Barbosa abandonaron la tarea de brindar seguridad, en una tormenta perfecta que fue la transición de la Gendarmería a la Guardia Nacional de López Obrador cuyo fracaso está a la vista de todos.

Después de desgobernar, Luis Miguel Barbosa dejó el plano terrenal para darle paso a un político surgido literalmente del PRIAN.

El gobernador por el que nadie votó Sergio Salomón, llegó al poder para traicionar a su mentor (Barbosa) y dedicarse a los negocios.

Aparentar ser un gobernador de la reconciliación mientras se dedicaba a callar a medios a través de jugosos convenios para que no le criticaran la crisis de inseguridad en la que nos metieron sus antecesores y que se perpetuó durante los poco más de 2 años que estuvo frente al gobierno.

¿Ustedes recuerdan algún golpe certero contra los grupops criminales durante la gestión de Pacheco, Barbosa y el gober por el que nadie votó?

Saquen sus conclusiones.

¿Y la lucha contra el huachicol? Bien gracias.

¿Y la lucha contra el robo de trenes? Bien gracias.

¿Y el combate a la delincuencia organizada? Bien gracias.

Hoy el gobernador Alejandro Armenta tiene que lidiar con la bomba que le dejaron sus antecesores.

Con mucha certeza les confieso que hay confianza en que el nuevo gobernador frene la ola de inseguridad en la que nos metieron Pacheco, Barbosa y Salomón, aunque la maldita herencia de los 3 gobernadores sustitutos nos persigue en cada metro cuadrado de este maravilloso estado donde más que nunca deseamos que la prosperidad y la seguridad regresen a Puebla.