Apenas el lunes pasado le comentaba el reportero del interés que existe entre los actores de la política nacional en buscar un modelo que garantice un escenario de gobernabilidad y estabilidad para las autoridades que resulten electas en 2018.
En un país plural y sin fuerzas políticas hegemónicas, las coaliciones son una propuesta en la que coincidieron públicamente el priista Manlio Fabio Beltrones, el experredista Cuauhtémoc Cárdenas y el panista Diego Fernández de Cevallos.
El mismo lunes el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, anunció que enviaría al Congreso una propuesta en ese sentido y el martes personalmente la entregó en la Cámara de Diputados, de inmediato empezó el debate.
Hay quienes ciegamente la respaldan y algunos diputados van a votar por ella, aunque no la conozcan.
Los partidos de izquierda se oponen porque consideran que están en desventaja y nunca llegarán al 42 por ciento mínimo para hacer solos gobierno; los empresarios la vieron con simpatía, pero pidieron a los diputados un análisis exhaustivo para conseguir la mejor ley; hay priistas que por método la descalifican y rechazan y otros que están dispuestos a respaldarla.
Investigadores han expresado opiniones en distintos sentidos, aquellos que consideran positiva la ley que pondría al estado de Puebla como el primero el legalizar las coaliciones y la segunda vuelta, y aquellos que consideran que deben buscarse otros métodos para garantizar la gobernabilidad.
Queda claro que en México las elecciones, federales y estatales, de los últimos años han sido cerradas y podemos tener Presidentes de la República y gobernadores con apenas el 35 por ciento de los votos emitidos.
Esa fragilidad que se refleja en el Congreso genera inestabilidad, detiene proyectos, frena acciones y convierte en engorrosas decisiones que deberían tomarse de forma directa con el respaldo de las mayorías para que funcionaran y no como sucede ahora, que si se aprueban es tarde y con costosas condiciones y amenazas de los partidos minoritarios.
En sus Razones de Excélsior el columnista Jorge Fernández Menéndez publicó ayer una reflexión que no tiene desperdicio para entender la propuesta que tienen hoy en sus manos los diputados poblanos. Se las comparto:
“Las propuestas de gobiernos de coalición que han presentado, cada uno en su ámbito, Manlio Fabio Beltrones y el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, coinciden en lo sustancial y pueden ser el instrumento idóneo para ganar gobernabilidad y darles mucha mayor estabilidad a nuestros gobiernos, tanto en el ámbito federal como local.
“Lo que ha propuesto Manlio y que ayer (martes) presentó como iniciativa de ley Moreno Valle para su estado Puebla, es un mecanismo que permite tener verdaderos gobiernos de coalición. Quien logre más del 42 por ciento de los votos se hace del ejecutivo y decide cómo y con quién gobernar: no necesita ni requiere si así lo desea coligarse con nadie.
“Si el ganador obtiene menos del 42 por ciento está obligado por ley a alcanzar con sus rivales, alguna coalición que le permita gobernar. Tiene un mes para presentarle al congreso, sea local o federal, esa propuesta institucional.
“Si en un mes tampoco se pudo conformar una coalición entonces se recurriría a una segunda vuelta, que sería entre los dos primeros en la elección, quienes podrían ir cada uno de ellos, con aliados para esa competencia…
“Sería muy difícil que se llegara a una segunda vuelta. Cualquier partido que haya ganado en la primera elección, aunque no llegue al 42 por ciento, tendría que estar demasiado fuera de la realidad, para no ofrecerle a otro u otros, un espacio en su administración y una amalgama de sus programas, con tal de llegar al poder.
“Pero, por sobre todas las cosas, eso es lo que permitiría tener un programa claro de gobierno, con una mayoría parlamentaria que evitaría que las iniciativas terminen en la congeladora.
“Hay algunos puntos que tienen que afinarse, por ejemplo, qué sucedería si, por la razón que fuera, esa coalición gobernante se rompiera.
“Pero en términos generales, es una propuesta que genera estabilidad, gobernabilidad, y que combina muy adecuadamente el mantenimiento de un sistema presidencialista con un fuerte componente parlamentario”.
Está claro que no tiene dedicatoria para alguien en especial como han querido justificar algunos partidos y políticos de oposición sino garantizar en el futuro de mediano plazo gobiernos estables y fuertes que garanticen el desarrollo económico y la paz social.
Fernández Menéndez concluye:
“Se trata de las dos mejores propuestas (las de Beltrones y Moreno Valle) de reforma que se han planteado en muchos años. Y una solución a los muchos problemas de gobernabilidad que se presentan y que se acrecentarán con el paso de los años en un país cada día más plural y con menos fuerzas hegemónicas”.
Esta es una posición y seguramente usted tendrá la suya muy distinta, pero hay una coincidencia general: necesitamos en la federación y en los estados autoridades con respaldo social que den soluciones a los muchos problemas que enfrentamos.
La gobernabilidad y la estabilidad son el objetivo.
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