Mucho se ha hablado y analizado sobre lo que sucedió el pasado domingo durante las elecciones celebradas en Coahuila y Estado de México.

La repartición de culpas y las celebraciones sobre las cuentas alegres de los dos bandos no han faltado y por supuesto cada quién tendrá sus conclusiones.

Unos señalaron al PRI como el gran perdedor y considero que eso no está a debate aunque hay que considerar que la candidata de Juntos Haremos Historia en Edomex había arrancado con una ventaja de casi 30 puntos de ventaja y terminó ganando por poco más de 8 puntos, es decir, Alejandra del Moral remontó por más de 20 puntos la elección, cosa que no debe ser minimizada.

Pero sin duda desde mi punto de vista las grandes perdedoras fueron las casas encuestadoras que hoy comienzo a creer que ese fue el objetivo siempre. Manipular. En Coahuila por ejemplo no proyectaron el nivel de porcentaje con el cual la Alianza Va por México arrasó en las elecciones, incluso no le daban carro completo de diputaciones a la alianza encabezada por Manolo Jiménez. ¿Qué pasó? Ganaron por más de 35 puntos porcentuales cuando las ‘casas prestigiadas’ daban un margen de 20 y 25 puntos de ventaja.

Pero vamos a enfocarnos en Estado de México.

Me extraña de casas encuestadoras serias que fueron tomadas por prestigiados periódicos como El Financiero quien tan sólo en su encuesta de salida le daba más de 15 puntos de ventaja a Delfina Gómez, lo cual quedó en el ridículo pues la diferencia fue de 8 puntos.

Sin embargo, como lo manifesté el mismo domingo a través de mi perfil de Twitter, sólo la encuesta de Reforma y México Elige se acercaron a 1 punto mas – menos al resultado final, es decir, mientras unas casas encuestadoras daban 2 dígitos de diferencia y más de 15 puntos de ventaja y unas más atrevidas afirmaban que Gómez Álvarez ganaría con más de 20 puntos, la realidad es que sólo 8 puntos separaron a la candidata aliancista de la candidata del régimen de la 4T.

Estos datos datos me generan la interrogante si incluso estas encuestas que daban más de 11 puntos de ventaja o hasta 25 puntos de ventaja, fue una estrategia para manipular a las audiencias con el objetivo de crear la percepción de que no había nada que hacer para los mexiquenses a la hora de votar, es decir, provocar una percepción negativa en cuanto a la participación ciudadana para que entre menos ciudadanos acudieran a las urnas, beneficiaría al régimen pues la elección ya estaría definida.

¿Fue estrategia? ¿Fue error de al menos 20 casas encuestadoras? ¿De verdad solamente 2 casas de estudios demoscócopicos le atinaron realmente?

Esto debería de ponernos a pensar pues se confirma que al menos en este sexenio las encuestas no están diciendo la verdad y los resultados están a la vista de todos.

Es más, las mismas encuestas señalan que Morena al día de hoy tiene en la bolsa la presidencia de la república del 2024 y que serán las encuestas quienes definan al candidato o candidata presidencial… ¿y si contratan a las mismas que daban ventaja de 15 puntos a Delfina en las encuestas de salida de este domingo? ¿Qué garantiza que sean confiables si fallaron prácticamente todas?

Incluso, la autoridad en manos del Tribunal Electoral del Estado de México (TEEM) confirmaron que Morena contrató al menos 4 casas encuestadoras (Mendoza Blanco y Asociados, SC; Electoralia, Datos Eficientes, Decisiones Inteligentes; Gobernarte, SC; Demoscopía Digital, SA de CV; y Votia Sistemas de Información, SA de CV.) que dieron una falsa ventaja a Delfina Gómez utilizando falsas metodologías para maquillar cifras y vaya que no se equivocó la autoridad, pues hoy puedo confirmarles que esas encuestas se utilizaron como propaganda para beneficiar a la candidata de Morena.

Por eso las casas encuestadoras perdieron todo y por lo menos hoy deberíamos abrir el debate sobre la realidad de las preferencias electorales en el país con miras al 2024, pues desde hoy nos quieren vender la idea de que no hay nada que hacer, sin embargo, nada está escrito. Incluso las corcholatas morenistas deberían de utilizar cualquier otro método de selección de candidatos que no sean las encuestas, pues no les vayan a engañar como sucedió en el Edomex.

Pobres de los que pagaron un dineral, pues la realidad se impuso frente a la propaganda.