El presidente Andrés Manuel López Obrador se encuentra completamente fuera de sí y el reciente reportaje exhibido por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad en colaboración con el sitio Latinus nos mostró el verdadero rostro del tabasqueño que hoy más que nunca está dispuesto a abusar de su poder.

La crisis que enfrentan los inquilinos del Palacio Nacional luego de que su discurso de austeridad y la criminalización del aspiracionismo y a tener un mejor nivel de vida ha sido derrumbado desde adentro de la familia presidencial, ha mostrado el nivel de enojo, molestia y desesperación al ver pulverizado el discurso que construyó por años con la ayuda de sus voceros, facilitadores y demás cercanos que hoy no pueden defender la lujosa vida de José Ramón López Beltrán y el conflicto de interés que por cierto, la Secretaría de la Función Pública ha hecho mutis.

Pero AMLO, ebrio de poder ya no le importa nada, reafirmó que no se callará y como lo vimos este viernes y este lunes, atropellará la ley o violará la veda electoral por la revocación de mandato que ha promovido el propio gobierno con nuestro dinero.

No le importa la ley, tampoco la protección a los datos personales, mucho menos utilizar el estado mexicano contra los periodistas que lo cuestionan, o contra sus adversarios políticos. Pasará por encima de quien se le ponga enfrente porque, insisto, ebrio de poder no mide consecuencias.

Lo mismo acusa bots, al prian, a los neoliberales, a los periodistas, a la mafia del poder, a Claudio X, arremete contra España y Panamá, acusa a los Estados Unidos, saca del cajón a Calderón, comete desfiguros pero no logra lavar la corrupción de los más cercanos de su familia.

También incita a sus seguidores, los invita a agredir por ahora en redes sociales a los periodistas que hacemos nuestro trabajo, pero no hay sorpresa, sólo hay sorprendidos pues recordemos cómo los fanáticos del tabasqueño agredieron, escupieron e insultaron al periodista Carlos Marin por su dureza en los cuestionamientos contra AMLO en la polarización del 2006.

Ante la desesperación de no poder lavarle la cara a su hijo mayor José Ramón López Beltrán que sin trabajar, a los 40 años goza de una vida millonaria y quien en su comunicado aseguró ejercer como asesor legal para una empresa cuya página web fue creada para la aclaración del primogénito de AMLO, el tabasqueño ha entrado en una fase iracunda y de locura total.

Pidió al INAI investigar las facturas de Loret de Mola pese a que el periodista no está sujeto al escrutinio del organismo autónomo, sin embargo, en su locura dice tener la razón. Mandó a sus gobernadores a respaldarlo para intentar crear una idea de músculo ante la opinión pública, pero le salió mal, pues el listado de gobernadores parece más una lista de impresentables y desastrosos gobiernos.

Hasta Claudia Sheinbaum salió a quejarse por el repudio recibido... y sí, también acusó que unos bots le dijeron muy feo.

El desplegado lo firmó el Cuauh, Barbosa, David Monreal, Cuitláhuac, Layda, Sheinbaum, Gallardo, Indira, Bedolla, Marina del Pilar, Durazo, uf, vaya fichitas.

Es así como acabamos de conocer el verdadero rostro del político que está ebrio de poder, no le importa nada ni nadie, sólo repetir su discurso para sus bases, que poco a poco han dejado de creerle todo, quizá esa es su mayor molestia.

A partir de ahora conoceremos más de su verdadera cara, porque déjenme decirles amables lectores que si ustedes creen que acabamos de ver lo peor de AMLO están muy equivocados, si tiene que hacer arder al país para sus objetivos políticos lo hará sin dudarlo, así que sujétense todo porque lo peor de López Obrador apenas está por comenzar.