“Si no tengo el valor moral de retar a la autoridad entonces no tenemos periodismo”
Decía Richard Kapuscinski que el oficio de periodista no es para los cínicos, que debía haber un rastro de humanidad para contar historias sin sentirnos culpables. Parece ser que con la llegada de Donald Trump los reporteros tienen que volverse un poco hipócritas, lo contrario a lo que planteó el polaco.
La manera de ejercer el periodismo en ese país es muy diferente a la que se realiza en México, incluso la profesión tiene garantías y somete a un escrutinio más simple como personas que nada más representar a una empresa de comunicación.
Los planteamientos centrales de Trump con la prensa han puesto en predicamento a más de uno; sin embargo, ha segregado a medios con los que no concuerda y tiene a toda la industria de la información al pendiente de sus tuits, con la esperanza de ser los primeros en difundirlo y analizarlo.
En las democracias modernas es sabido el papel que juegan los medios, muchas veces críticos, otras incapaces de volverse un poco hacia la mano que, en teoría, les da de comer. Es conocido que los medios reconocidos para cubrir una gira presidencial se suben al mismo avión, el Air Force One estadunidense o la tan criticada aeronave mexicana presidencial.
Desde ese punto de vista quizás lo que haga Trump es un distanciamiento necesario que todo gobierno debe tener con la prensa, como al comienzo del gobierno foxista en México lo intentó hacer el entonces canciller Jorge G. Castañeda.
Trump retoma la frase de Marshall Mc Luhan: los medios son el mensaje y desde el inicio de su campaña supo cómo abordar al electorado de ese país, con la creación de necesidades, para eso utiliza los postulados de Joseph Goebbels, nada más hay que recordar algunos:
- Al tener un grupo de adversarios, hay que individualizarlo en una figura única y reconocible.
- Se deben exaltar los defectos de la figura y convertirlos en una amenaza grave.
- Toda propaganda debe ser popular. Cuanto más grande sea el grupo a convencer, el esfuerzo mental que se utilizará es más pequeño, ya que la capacidad perceptiva de las masas es limitada
- La propaganda debe regirse con base en un número limitado de ideas, las cuales tienen que repetirse una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero convergiendo sobre un mismo concepto. La repetición de una idea no puede llegar al punto en el que se desgaste y pierda efectividad.
- La propaganda necesita provocar interés de una audiencia y transmitirse por medios de comunicación llamativos.
En México se han creado campañas mediáticas de pobre aceptación contra Trump, es necesario ver el verdadero riesgo de un gobierno neofascista y su crecimiento exponencial en el mundo. Su mandato durará al menos cuatro años; el miedo que se le tiene y el daño a nuestra economía son evidentes, mientras aquí un gobierno conformista levanta la voz tímidamente.*
*Fragmento de la ponencia del mismo nombre que se presenta este día en la UNAM FES Aragón, dentro de las mesas redondas de análisis sobre la influencia de Donald Trump en la economía, la política y los medios de comunicación.
Imagen de: Archivo google