Este miércoles, los 12 niños que fueron rescatados de la cueva de Tham Luang al norte de Tailandia, abandonaron el hospital tras ser dados de alta por el personal médico.

Luego de salir del hospital Chiangrai Prachanukroh en Chiang Rai, los “Jabalíes Salvajes”, ofrecieron una conferencia de prensa, en la que respondieron una serie de preguntas que estuvieron aprobadas con anterioridad por los médicos y psicólogos que los tratan.

La conferencia se hizo bajo un estricto protocolo, en ella los niños agradecieron la labor de los equipos de rescate e hicieron un pequeño tributo al buzo Saman Guman, quien falleció en las jornadas de búsqueda y rescate.

Dijeron que antes de ser encontrados por los equipos de rescate, tuvieron la intención de cavar una salida, agregaron que no tenían alimentos y sólo podían beber el agua que se filtraba en la caverna.

¿Por qué entraron a la cueva?

Ekkapol Chantawong (26), único adulto del grupo y entrenador del equipo, relató cómo fue que tomaron la decisión de ingresar a la cueva, “algunos sugirieron ir a la cueva y les dije ‘sí, claro’, luego comenzamos a planearlo”, dijo.

“Estábamos muy adentro y creció la inundación. Teníamos que nadar para continuar y les pregunté si estaban de acuerdo, la mayoría de ellos sabe nadar, pero algunos no tanto. Muchas veces vamos a nadar luego de jugar fútbol”, continuó el entrenador.

De acuerdo con las declaraciones de Ekkapol, no sabían si al agua había crecido, algunos niños nadaron y dijeron que estaba bien, sin embargo, exploró otra área y siempre se necesitaba nadar, por lo que les dijo que lo mejor era “volver y regresar otro día. Vamos a casa”.

Se dirigieron hacía la salida y uno de los muchachos informó que había mucho agua, por un momento creyeron estar perdidos, pero eso no era posible pues sólo había un camino, sin embargo, no hubo forma de llegar hasta la salida, “allí fue que nos dimos cuenta que había que pasar la noche en la cueva”, relató.

“Les pedí que rezaran. No teníamos miedo en ese momento, pensamos que al día siguiente bajaría el agua y alguien trataría de encontrarnos”.

El equipo coincidió en que la primera noche no fue difícil, pero las siguientes fueron complicadas. “Fue un milagro”, dijo uno de los pequeños “Jabalíes Salvajes”.

Información de: La saga