Investigadores de la Universidad Nacional encabezan un estudio para detectar en forma temprana el glaucoma en los mexicanos, enfermedad que afecta a cuatro de cada cien personas, indicó Francisca Domínguez Dueñas, académica de la Facultad de Medicina (FM).
En conferencia de medios, precisó que el glaucoma es una atrofia del nervio óptico que se presenta después de los 40 años. Sus causas son múltiples, pero la más importante es la presión intraocular y los factores hereditarios, por lo que pacientes con familiares con esa afección tienen tres veces más riesgo de desarrollarlo.
Domínguez Dueñas recordó que actualmente hay dos procedimientos para detectarlo: un examen del fondo de ojo y el estudio de tomografía de coherencia óptica, que cuantifica el grosor de la capa de células ganglionares y de fibras nerviosas alrededor del nervio; así se establece si el paciente está en los límites normales o no, pero en ambos casos el problema es descubierto cuando ya hay pérdida de visión.
Desde hace varios años, la Unidad de Posgrado de la FM ha estudiado este padecimiento y ha indagado formas para detectarlo antes de que cause ceguera o el deterioro sea irreversible, esto por medio de la identificación de proteínas características del problema médico. “Los métodos actuales están diseñados para descubrirlo cuando ya hay daño anatómico o irreversible, por lo que estamos considerando marcadores biomoleculares dirigidos a un diagnóstico temprano”, dijo en el Auditorio Alberto Guevara Rojas de Medicina.
Resultados
Los universitarios han identificado cerca de cien proteínas vinculadas al glaucoma, y ahora esperan reducir la lista a una decena para la prueba diagnóstica exclusiva para mexicanos.
Para ello era necesario pasar de la investigación básica a la atención clínica, por lo que la FM realizó una alianza con el Instituto Nacional de Rehabilitación y el Instituto Nacional de Medicina Genómica con el propósito de revisar la salud visual de al menos 500 personas a las que realizarán estudios gratuitos durante el mes de febrero.
“Tomamos una muestra de sangre y mediante la proteómica revisamos el perfil proteico; de esta forma podemos diferenciar si hay alguna anomalía y correlacionarla con la clínica”, detalló Domínguez Dueñas.
La investigación liderada por la UNAM busca no sólo validar la prueba diagnóstica temprana, sino además revisar la prevalencia de este mal en Ciudad de México.
“Hemos demostrado que la forma en que se previene la progresión de la enfermedad es regulando la presión del ojo. Si la detectamos de manera temprana podremos dar tratamiento oportuno y, por lo tanto, prevenir la ceguera”, finalizó la especialista.
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Con información de: UNAM
Imagen de: UNAM
