Sergio Pérez protagonizó, para bien y para mal, los Libres 1 del Gran Premio de Bakú, al chocar contra un muro a 20 minutos del final de la carrera, en la que destacó ocupando un segundo lugar virtual con neumáticos blandos.
El choque ocurrió en una de las curvas más peligrosas de la pista, famosa por alternar grandes rectas con curvas cerradas cerca del castillo de la ciudad. Fue justamente en esa zona donde el mexicano terminó por chocar contra un muro de contención al no tomar bien la curva, causando graves daños a su vehículo, que incluso perdió una rueda debido al impacto.
Cuestionado sobre el accidente, Pérez comentó que “no hay margen de error. Aunque vas bastante lento ahí, con rozarlo es suficiente para dañar el auto” y añadió “supe que agarré mucho lavadero e intenté doblar un poco más pero iba en el aire y rocé y fue suficiente para el daño”.
Si bien el auto quedó destrozado, Checo Pérez resultó intacto, por lo que se espera pueda competir en un monoplaza nuevo en la carrera que se disputará este fin de semana en Azerbaiyán.
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