La velocidad y talento del joven delantero Kylian Mbappé, que abrió el marcador para los locales con un espectacular gol, permitió al Mónaco proclamarse, diecisiete años después, campeón de la Liga francesa, tras imponerse este miércoles por 2-0 al Saint-Etienne.
Mbappé, que no había cumplido los dos años cuando el Mónaco se alzó en el año 2000 con su último título de Liga, plasmó en el marcador la superioridad del conjunto monegasco, que pese a necesitar tan sólo un punto para asegurarse su octavo título liguero, arrinconó desde el principio al Saint-Etienne en su área.
Sustentado en el despliegue de sus centrocampistas y los laterales Djibril Sidibe y Benjamin Mendy, que se aventuraron una y otra vez en el campo rival, el Mónaco fue poco a poco acumulando ocasiones de gol.
Un tanto que llegó finalmente a los 19 minutos en una espectacular jugada del jovencísimo Kylian Mbappé, que volvió a demostrar la calidad y, sobre todo, la velocidad, que le han convertido en la gran sensación de la temporada del fútbol europeo.
Tras una nueva recuperación de Fabinho en la medular, el centrocampista brasileño cedió el balón al colombiano Radamel Falcao, que no dudó un instante en servir un balón en profundidad al joven internacional francés.
Un “regalo” que Mbappé no desaprovechó para plantarse, gracias a su explosiva velocidad, completamente solo en el área rival, donde salvó la salida del portero del Saint-Etienne Stéphane Ruffier con un eléctrico regate, que permitió al delantero del Mónaco anotar a puerta vacía el 1-0.
Pudo ampliar su ventaja el conjunto monegasco antes de llegar al descanso en una nueva acción de Mbappé que sirvió un perfecto balón a Falcao, que vio como el portero visitante despejaba con apuros su remate.
Una clara superioridad que hizo relajarse en exceso a los locales en la segunda mitad, lo que permitió al Saint-Etienne, que apenas había inquietado la portería de Subasic en el primer tiempo, gozar de dos buenas ocasiones al contragolpe para igualar el encuentro.
Pero ni Arnaud Nordin a los 55 minutos, ni Jordan Veretout, que vio como el central polaco Kamil Glik le arrebata a los 61 el balón cuando ya había superado al portero local, fueron capaces de aprovechar la relajación local.
Dos errores que dieron un nuevo impulso al Mónaco, que pudo sentenciar definitivamente la contienda a los 75 minutos en una nueva jugada de Mbappé, que sirvió en esta ocasión desde la derecha, un balón a Valère Germain, que con todo a su favor no fue capaz de marcar.
No falló Germain en su siguiente oportunidad, un contragolpe en el tiempo de prolongación, que sirvió para que el Mónaco firmase el definitivo 2-0 que permitió a los del portugués Leonardo Jardim romper la racha de cuatro títulos consecutivos del París Saint-Germain, y alzarse con un trofeo liguero que no saboreaba desde hace diecisiete años.
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