Soy afectado por el gasolinazo. Pero el que ciudadanos me afecten en mi actividad diaria no lo considero a mi favor. Es en mi contra. Me impide desarrollar lo que deba de hacer. Máxime ahora, que debo lograr más en menos tiempo para poder solventar todos los aumentos que se vendrán como cascada. Es decir, la inflación que se avecina.

No podré hacer esto debido a las protestas de ciudadanos que se sienten fuertemente agredidos por la disposición del gobierno federal de liberalizar el precio de las gasolinas a partir de este 1 de enero pasado y han salido a las calles a protestar por lo anterior tomando  carreteras, cerrando casetas de cobro o haciendo ciberbulling en las redes sociales.

Tengo mi vehículo, el que uso para mi actividad diaria. Y al igual que a todas las personas que en el país usan uno me afecta el gasolinazo. Y no me tengo que justificar ante nadie por no estar de acuerdo con las protestas en forma de bloqueo que han ahogado el tránsito en carreteras federales. Menos cuando aún es tiempo de vacaciones y cuando las familias están regresando a sus hogares.

Esto es un abuso mayor que el aumento mismo. ¿Por qué? Porque los protestantes desconocen la situación particular de quienes regresan y han estado paralizados por más de 10 horas en una carretera, en medio de ninguna parte, sin alimentos, sanitarios, agua suficiente o dinero para hacer frente a tal contingencia.

Así sucedió en la autopista federal que lleva de Querétaro al A CDMX.

La gente tuvo que ir a Pachuca, Edomex o hasta Morelia para rodear y poder entrar a su destino. Algunos lo lograron, otros la gran mayoría no. Pasaron más de 10 horas para llegar a un destino en el que se presupuestó llegar en tres. “No es de DIOS”, ni de ciudadanos que se solidarizan con ciudadanos. Es más bien de personas que llevadas por un interés que raya en lo político abusan de que el gobierno no usará la fuerza pública para deshacer el bloqueo o combatir el delito que están cometiendo. Asalto a las vías de comunicación Algo que también puede ser llamado “terrorismo ciudadano”.

¿Terrorismo? Claro. Cualquier buscador en Internet le dice que terrorismo e: “la forma violenta de lucha política, mediante la cual se persigue la destrucción del orden establecido o la creación de un clima de terror e inseguridad susceptible de intimidar a los adversarios o a la población en general”.

Esa es la definición de terrorismo. Por lo tanto bloquear una carretera, calle, avenida, aeropuerto o afectar una vía de comunicación lo es.

No entiendo ni veo cómo me ayuda el que se me impida realizar mi labor, actividad o llegar a mi trabajo a tiempo. ¿Solidarizarme con los protestantes bloqueando no asistiendo a mí trabajo? ¿Dejando de ver a un cliente o realizar mi seminario? ¿Y las ambulancias en emergencias? ¿Y la pérdida de una reservación de avión u hotel? No lo entiendo.

Estoy en contra del aumento pero razonando la forma de protestar. No dañando al de por sí ya dañado ciudadano. Vayan a Los Pinos. Oficina del SAT o a la casa del secretario Meade.

La liberación del precio de las gasolinas era necesaria. La que significa aumento al precio. Entiendo el IEPS y sé que se puede bajar el costo si se elimina el impuesto. Pudiera ser la solución inmediata. Pero también entiendo que el gobierno federal ha subsidiado por años el costo de la gasolina con 200 mmdp al año. Algo así como el 1.4% del PIB. Costo que ningún gobierno medianamente inteligente haría por mucho tiempo y menos a costa de terminar quebrando al país. (Si ya está quebrado, medio quebrado o lo que sea, es otro tema).

Dese hace muchos años vengo señalando, al igual que economistas serios a los que leo, sigo o entrevisto, que la cultura del subsidio no es un buen camino. Es señal de un gobierno paternalista. Hecho que muchos de los que protestan ahora han señalado y reclamado del gobierno federal para que deje de practicar tales formas. Ahora lo hace, retira el subsidio y viene la crítica. Y no solo eso, atenta contra el mismo ciudadano. ¿Por qué tengo que solidarizarme con eso? No, no lo tengo que hacer y sin embargo no estoy de acuerdo en pagar más por la gasolina. Solo lo entiendo y quiero tener la libertad de hacer mi trabajo. Que nadie me lo impida.

La medida no es popular y menos populista. Solo el tiempo va a indicar si ha sido benéfica para el país.

En este momento que redacto mi artículo, hay gasolineras nuevas, las OXXO, para ser claro, que anuncian una disminución en el precio de su gasolina. Entiendo que se ha liberalizado el precio y habrá competencia entre gasolineras. Lo que sucede por primera vez en la historia del país.

Y antes de extenderme más, lo que no deseo, pongo una cosa en claro. No me subsidia el gobierno, ni estoy empleado por ellos en alguna forma. La medida cae mal por lo que va a hacer en lo inmediato y porque se suma a una serie de yerros políticos por parte de la actual administración. También porque el “humor” del país está muy malo por tantos actos de corrupción que hemos evidenciado en los últimos 15 años. Por el manejo de tanta mentira en cuanto a la actividad gubernamental en redes sociales, que hace creer a la gente lo peor. Y de nuevo, sé dónde se ha equivocado el gobierno, pero también conozco la mentira, la exageración y la manipulación política cuando la veo. Y de esto hay mucho de ambas partes.

Espero y la situación se “medio” normalice y tanto usted y yo, podamos realizar nuestra labor con libertas. Ya que tenemos que ganar más dinero para hacer frente a la inflación que se nos vienen encima. Ahí El Meollo del Asunto.

Twitter: @elmeoyodlasunto

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