Como nos tiene acostumbrados cada 6 años los últimos 18 años, Andrés Manuel López Obrador comenzó su lucha frontal por ocupar la silla presidencial, su peculiar forma de hacer política lo ha convertido en uno de los políticos más odiados, pero también más queridos.
Sus fanáticos le toleran todo, incluso si los tilda como solovinos, así como sus críticos le critican todo, hasta el largo de sus uñas que exhibió en una publicación de twitter y Facebook donde el tabasqueño degusta una deliciosa barbacoa, por cierto, muy cara como informaron algunos clientes del restaurante “El Carnalito”.
Con esta nueva contienda electoral, se vendrán toda clase de acusaciones, señalamientos, falsas noticias y por supuesto una guerra sin cuartel entre simpatizantes y militantes de los partidos políticos que pretenden ocupar la residencia oficial de Los Pinos.
Y en ese sentido, habrá que prepararnos para toda clase de insultos (o al menos más de los habituales) por simpatizar con un candidato u otro, incluso si usted es de piel blanca o güerito, será blanco de ataques por parte de quienes simpatizan con el dos veces fallido candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, ya que como usted sabe, para el tabasqueño, tener piel blanca por no irse a asolear a los pueblos lo convierte en automático en “pirrurris” como lo declaró el pasado lunes, y en consecuencia será objeto de toda clase de críticas.
Con esas declaraciones de quien hoy encabeza las preferencias electorales, se han desatado toda clase insultos, justificaciones y comenzó la guerra de clases sociales, es decir, si usted no tiene la piel morena por andar en campaña desde el 2004 con recursos de quien sabe dónde, lo más probable es que le llamen señoritingo, pirrurris o si pertenece al gremio periodístico, será encajonado dentro de la prensa FIFI.
Conforme se acerca la hora de la elección en julio 2018, el discurso de los buenos contra los malos arreciará y el clasismo incrementará en esta sociedad que ya se encuentra lastimada, así que lo mejor es que no se tome nada personal y trate de rescatar toda clase de amistades que pueda.
El discurso siempre peligroso de los blancos contra los morenos o negros, los ricos contra los pobres, lo malos contra los buenos ha llevado incluso a separar familias, amistades y en consecuencia a una división social, por lo que el discurso de López Obrador tendrá que cambiarlo si realmente el tabasqueño desea la paz social.
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