Columna El Meollo del Asunto, por: Daniel Valles.
“Más vale conquistarse a sí mismo, que conquistar ciudades”. Escribiría el Rey Salomón en referencia al control que cada persona ha de tener de sí mismo y evitar con ello meterse en problemas por lo que uno dice o hace sin control.
Javier Lozano Alarcón, senador de la república por el estado de Puebla, panista, ex secretario de trabajo-lo escribo con minúsculas-en la administración del Felipe Calderón, ha vuelto a llamar la atención como él sabe hacerlo muy bien. Con un sensacionalismo y un desatino propio de su persona. De la que malamente controla su lengua.
El senador, para vergüenza y reclamo de mucha gente ha declarado que: “si le bajaran el salario se pondría a robar”.
Así estaría justificando a todos los mexicanos que ven afectado su poder adquisitivo por la fluctuación del peso, el alza en las gasolinas y muchos otros factores que merman sus ingresos. A los que por lo mismo se les baja el salario. Pero sobre todo pone en evidencia la mala forma, explosiva y rápida con la que reacciona el actual senador. Tienen nulo control sobre su persona ante situaciones que no le son favorables o amenazan sus planes o seguridad.
El día de ayer declara que si su salario fuera disminuido por crisis económica se pondría a robar. El solo hecho de considerarlo así, muestra lo que Lozano Alarcón piensa y vive en su mundo interior. También hace evidente la gran demagogia de la que es capaz de verter a la opinión pública cada vez que declara lo que fuere. Sobre todo cuando pide sacrificios a los mexicanos. Entonces su credibilidad que es poca, se hace menos y sobre todo se hace blanco fácil de todo tipo de comentarios en su contra.
¿Quién le creerá que si el país necesita de su sacrificio él habrá de sacrificarse? Yo tampoco.
Javier Lozano ha sido señalado como el originador de la célebre frase, “Coopleas o cuello”. En julio de 2007 fue protagonista del escándalo con el empresario Zhenli Ye Gon, un narcotraficante de origen chino quien acusó a Lozano Alarcón de haberlo amenazado con la famosa frase. (Sinembargo.mx/opinion/17-08-2012/8883), así como de otros memorables altercados que tuvo con Vicente Fox y Marcelo Ebrard. Los que no serían diferentes a otros de otras personas que han ventilado sus diferencias en los medios de comunicación. Lozano Alarcón sí se distingue por ser un “camorrista”. Parece que le gusta y goa con tal papel. Por eso lo habrán usado siempre. Pero es torpe, muy torpe. Se desboca frecuentemente y en ambientes que le son adversos o contrarios es una amenaza para sus causas.
Con su declaración de robar si le bajan el salario, no solo muestra lo que es, un hombre que ve un gran negocio personal en la política y en los puestos de elección popular. “Yo vivo de esto”, (sic). Así lo dijo cuándo se le preguntó su estaría dispuesto a reducir su salario. “Es pura demagogia quien así dice”. Y aunque esto se sabe que es así, sus pares guardan las apariencias y no andan por ahí declarando sin ton ni son que es lo que los mueve. El dinero. Y no el genuino deseo de “servir a México, a su gente, etc., que todos manifiestan”. Lo que es más, cuando el senador se refiere a que les reduzcan todas las “ayudas” que les dan por ser legisladores, tampoco se le puede creer. Porque si tiene que pagar de su bolsa por gasolina, seguro médico, viajes, de igual forma su ingreso se vería mermado, disminuido, rebajado. Entonces….
El senador Lozano “la regó” y feo. “De lo que existe en su corazón habló su boca”. Así se puso en evidencia causando asco y la reprobación de la población. La que sí se tiene que ajustar por las alzas de los precios provocadas frecuentemente por las erráticas políticas de gente que como el senador, han estado decidiendo que en México, el sacrificio lo hagamos solo nosotros y los negocios solo ellos. Ahí el meollo del asunto.
@elmeoyodlasunto
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