Al comenzar el Viaje Apostólico a Chile y Perú, durante el vuelo hacia la capital chilena, el Papa Francisco hizo repartir a los 70 periodistas que lo acompañan una foto tomada en Nagasaki, después de la explosión de la bomba atómica en 1945. En el reverso de la imagen, la firma del Santo Padre y la frase: «… el fruto de la guerra», subrayando «la desesperación del niño, expresada en el gesto de morderse los labios sangrantes».
Una foto símbolo de la tragedia de la guerra
«Una imagen así conmueve más que mil palabras», señaló el Papa y explicó que la había encontrado de casualidad y que lo había impactado profundamente, por lo que la quería compartir.
Ya en días pasados el Osservatore Romano había dado la noticia. Se trata de una fotografía instantánea, que fue tomada por el estadounidense Joseph Roger O’Donnell, que había sido enviado después de las explosiones nucleares a Hiroshima y Nagasaki. Retrata a dos niños: uno parece dormir llevado a espaldas del otro. En realidad está muerto. El hermano que lo lleva refleja un rostro cargado de sufrimiento y perdido en dolor. Está esperando que lo cremen.
El ‘fruto de la guerra’ y los temores del Papa
Respondiendo a la pregunta de una periodista sobre sus temores ante una guerra nuclear, Francisco respondió: «Sí, de verdad tengo miedo. Estamos en el límite. Basta un accidente para desencadenar la guerra. A este paso, la situación correr el riesgo de precipitar. Por lo tanto, hay que destruir las armas, empeñarnos en el desarme nuclear», culminó el santo padre.
Con información de: La Santa Sede
Imagen de: La santa sede