Caracas, 7 Jun (Notimex).- El gobierno del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, hace negocios con empresas rusas colocadas en la lista negra de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, y permite a Moscú reforzar su influencia en el continente americano.
“Hay cooperación en los niveles estratégicos más altos con Rusia, no sólo en las áreas de energía, militares, industriales y agrícolas, sino también en el área política”, admitió la ministra de Relaciones Exteriores de Venezuela, Delcy Rodríguez, en entrevista con el grupo de medios en internet BuzzFeed News.
En un reciente reporte, el sitio reveló que el gobierno venezolano, cada vez más alejado de sus vecinos latinoamericanos, ha estado negociando con empresas rusas como la compañía estatal de petróleo Rosneft, el banco Gazprombank (tercero más grande de Rusia) y Rostec, el fabricante militar.
Las tres compañías fueron incluidas en la “lista negra” estadunidense en 2014, en respuesta al apoyo de Moscú a los rebeldes de Ucrania y la anexión de Crimea.
Desde entonces, apuntó BuzzFeed News, Rusia y Venezuela, dos de los principales adversarios de Estados Unidos, se han acercado a medida que ambos buscan maneras de salir de la crisis económica.
En febrero pasado, luego de una reunión entre los presidente de Rusia y Venezuela, Vladimiri Putin y Nicolás Maduro, respectivamente, la cancillería rusa apuntó en un comunicado que “hay un nuevo impulso a toda la gama de relaciones ruso-venezolanas”.
De acuerdo con el reporte del medio con sede en Nueva York, “Venezuela también está trabajando con el gigante exportador de energía Inter Rao, que no está en la lista negra de Estados Unidos”.
Los lazos entre Caracas y Moscú han tomado un segundo aire bajo el mandato del presidente Nicolás Maduro, mientras Rusia busca mercados fuera de la influencia de Estados Unidos que no están preocupados por la dificultad de esquivar las sanciones de ese país, lo cual ya preocupa en Washington.
El reporte señaló que a medida que Venezuela se convierte en un gobierno autocrático, creciente inseguridad y una prolongada escasez de alimentos y medicinas, la presión de los gobiernos del continente para restaurar la democracia se sigue profundizando, alejando aún más al país del resto del mundo.
Las protestas sostenidas contra el gobierno de Maduro se intensificaron después de que la Corte Suprema privó temporalmente al Congreso de sus poderes en marzo. Los líderes de la oposición dijeron que el fallo pretendía dar a Maduro el poder de crear empresas conjuntas de petróleo sin aprobación del Congreso.
Sobre esta acusación, la canciller Rodríguez dijo que formaba parte de la histeria internacional que rodea a Venezuela en la que el gobierno es retratado como autoritario cuando en realidad está resolviendo los conflictos internos de manera pacífica y efectiva.
A pesar de estas garantías del gobierno de Maduro, las compañías extranjeras han salido de Venezuela en un flujo constante, debido a problemas legales, desabastecimiento de materia primas, la inseguridad, el desplome generalizado de la economía y las reglas que el gobierno quiere imponer.
Apenas este fin de semana las multinacionales General Motors, United Airlines y Pirelli se sumaron al sinnúmero de empresas que están saliendo de la otrora nación más rica de Sudamérica.
BuzzFeed News apuntó que “mientras el país se ha acercado a un cierre total, Rusia ha estado moviéndose para llenar el vacío que dejaron las empresas que salieron”.
Además de provocar la migración de miles de sus ciudadanos a países como Colombia, Panamá, México y España, las tensiones con Estados Unidos se han incrementado a tal grado que hay pedidos para que el presidente Donald Trump lleve el tema al Consejo de Seguridad de la ONU.
En medio de protestas generalizadas que han provocado ya casi 70 muertos, el presidente Maduro anunció que armaría a medio millón de milicianos para lo cual ha hecho acuerdos de armas con Rostec, ante lo cual crece la preocupación de una carrera armamentista en América Latina.
El grupo de medios en internet cerró su información de esta manera: “En ninguna parte la creciente influencia de Rusia es más visible que en Sabaneta, la ciudad natal de (el extinto presidente Hugo) Chávez, donde se ha erigido una escultura de 20 pies de altura del difunto líder. Fue donado por Rosneft”.
Con información de: Notimex
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