El nuevo autoritarismo legalista, ha debilitado el mecanismo constitucional de protección contra la arbitrariedad a través de vías formales, por lo que los tribunales y poderes judiciales son la última barrera de contención.
Esta fue una de las principales ideas explicadas por la investigadora, Francisca Pou, durante la presentación del libro “Populismo, democracia y poder judicial”
Dijo que lo que se hace es por medios legales, sin renunciar formalmente, superficialmente a la legalidad y a la constitucionalidad se hacen reformas que en realidad lo que hacen es debilitar todo el mecanismo constitucional de limitación y distribución del poder y protección contra la arbitrariedad y demás.
En un encuentro organizado por la Escuela Federal de Formación Judicial reflexionó sobre la incertidumbre de lo que guiará la ecuación de las nuevas personas juzgadoras frente a la forma de selección.
Agregó que la falta de conocimiento por parte de la ciudadanía de las funciones de la Corte, han dificultado su vínculo, aunque ha habido avances importantes en la Suprema Corte que han fortalecido el acceso a la justicia con los nuevos criterios emitidos por el Máximo Tribunal.