Una brigada de expertos del Jardín Botánico Universitario, en colaboración con la Coordinación General Administrativa, realiza una campaña para revisar y diagnosticar el estado de cada uno de los árboles en los distintos espacios universitarios, con el fin de prever riesgos en áreas verdes, principalmente en estacionamientos, zonas de convivencia, pasos peatonales y camellones.
Jesús Francisco López Olguín, director del Jardín Botánico, refirió que este análisis considera el tiempo de vida del ejemplar, sus características y nivel de peligro que puede representar: mínimo, cuando tiene una baja densidad de especies y está ubicado en áreas abiertas y caminos de poco uso; moderado, cuando está en áreas de descanso o recreo de bajo uso y en caminos secundarios; severo, con presencia de árboles viejos, alta densidad y daños radiculares visibles, además de ubicarse en accesos altamente transitados, en áreas de descanso y estacionamientos.
Por último, riesgo potencial, cuando el árbol está en accesos principales, salidas y rutas de emergencia y tiene presencia de madera podrida, daños radiculares severos y uniones entre ramas débiles, puntas y ramas muertas.
López Olguín precisó que en el caso de que algún árbol represente algún riesgo se interviene con la poda de ramas secas, manteniendo su equilibrio y forma. Pero, si presenta deterioro grave se sustituye y se plantan 10 árboles más de especies nativas de la región.
Con la remediación de posibles riesgos en áreas verdes, la BUAP refrenda su compromiso con la conservación del medio ambiente, además de garantizar la seguridad e integridad física de su comunidad.
“Vamos a seguir trabajando en el diagnóstico de las áreas verdes, en especial con los árboles; evaluar el nivel de riesgo e intervenir con alguna poda en donde sea estrictamente necesario. Aquellos árboles que representen un peligro serán sustituidos”, subrayó López Olguín.