La revista Proceso ha señalado al primer año de gobierno de Miguel Barbosa Huerta de autoritario y polémico debido a sus confrontaciones y a las declaraciones con periodistas, empresarios y actores políticos tanto a nivel local como federal.
En un reportaje de la revista al gobierno poblano del morenista, se recopilan algunas declaraciones que llevaron a Barbosa a ser cuestionado, en la que se hace el recuerdo de su discurso de toma de protesta el 1 de agosto de 2019, cuando declaró que “Los Castigó Dios”, haciendo alusión a la muerte de la gobernadora Martha Erika Alonso y al senador Rafael Moreno Valle.
Tras esto, se hace el señalamiento al polémico discurso que ofreció el 25 de marzo pasado cuando declaró que el COVID-19 sólo le daba a los ricos, pues los pobres estaban inmunes ante la enfermedad, aseverando también días antes que “la vacuna contra el coronavirus es un plato de mole poblano con guajolote”.
Diversos analistas políticos declaran a Proceso que la “banalización” discursiva es uno de los rasgos que han marcado al gobierno de Barbosa Huerta, que le ha dificultado gobernar con la sociedad, pues sus palabras no contribuyen a solucionar problemas.
Al mismo tiempo, se hace referencia de que el mandatario evade mecanismos para transparentar el manejo de recursos y licitaciones, por lo que la ciudadanía carece de información para determinar su desempeño.
Este es el resultado de que Barbosa aparezca entre los peores gobernadores calificados, agregando que Puebla se sitúa como una de las entidades con más contagios y muertes en el país a causa del COVID-19, recopila el rotativo.
“Es una forma de hacer política que no se había visto ni con gobiernos priistas”, comenta Lidia Aguilar Balderas, académica política de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), misma que señala que esto ha generado que la crispación social que ya existía desde 2018 se mantenga, pues crece la percepción de persecución y revanchismo político.
Discrepancias con la federación debido a que se ha quejado de no recibir ningún apoyo para enfrentar el COVID-19 hacen ver al gobierno barbosista como un gobierno de oposición, no del mismo partido del gobierno federal. Y las diferencias hacía abajo llevan el mismo tinte pues la constante confrontación ocurre con la alcaldesa de la capital poblana, Claudia Rivera Vivanco.
En otro frente, el rector de la BUAP, Alfonso Esparza tramitó un amparo en el que asegura, se trata de evidenciar una presunta persecución política a él y a su familia por parte del mandatario, ya que su gobierno denuncio a su hija Luza Esparza, de lavado de dinero.
Proceso concluye su investigación señalando que habrá que esperar a que el gobierno de Barbosa sea capaz de entender y construir las bases de legitimidad democrática de su administración, sin alimentar los discursos de polarización.
#Reportaje | A un año del gobierno de Miguel Barbosa en #Puebla, expertos consideran que no se ha consolidado por los frecuentes cambios en su gabinete y por banalizar temas como el covid-19. | Por Gabriela Hernández | En la edición 2283 de @proceso https://t.co/XTn3k3qxDz
— Proceso (@proceso) August 3, 2020