El Síndrome de Burnout, también llamado como síndrome de desgaste profesional, síndrome del trabajador desgastado o quemado, es un problema de salud ocasionado por estrés prolongado en el trabajo.

Se ha investigado y confirmado que algunas de sus causas son largas y demandantes jornadas de trabajo, llevar una mala relación con el o los jefes, compañeros de trabajo abusivos o responsabilidades para las cuales la persona no está lista aún.

El origen del Síndrome de Burnout es unicamente laboral y ocasionada por problemas de relación en el trabajo, estrés y agotamiento.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya incluye este problema en la Clasificación Internacional de Enfermedades, pero no como una condición sino como un síndrome ocupacional, aunque se esperan que se legitime como un problema de salud que viene generando problemas para los trabajadores del mundo.

El síndrome provoca distintos síntomas físicos y psicológicos, entre estos está la fatiga prolongada, dolores de cabeza, problemas gastrointestinales, dolor músculo esquelético, problemas respiratorios, colesterol alto, trastornos cardiovasculares, diabetes tipo 2 y mortalidad temprana, antes de los 45 años.

Los efectos psicológicos por otra parte, son insomnio, depresión, uso de antidepresivos y medicamentos psicotrópicos, aislamiento, dificultades de concentración, sentimiento de inseguridad, incompetencia, baja autoestima, y que puede culminar en hospitalización por ansiedad, estrés y trastornos mentales.

Los cambios en el trabajo son básicos, aunque el tratamiento también implica cambios en el estilo de vida, como practicar ejercicio y hacer rutinas de relajación para aliviar el estrés y por supuesto la atención profesional que esto requiere.

Las vacaciones, la vida en familia, las salidas los fines de semana y disfrutar del tiempo libre son indispensables para superar el Síndrome de Burnout o del trabajador quemado.