Donald Trump ganó la elección presidencial del 8 de noviembre en EUA. Derrotó a Hillary de Clinton. Todos lo sabemos. Fue una victoria inesperada y sorpresiva. Ahora todos lo sabemos. El ganador motivó a un sector de la población que la perdedora desdeñó. El sector conservador de la población.
La victoria de Trump fue apabullante. 306 votos electorales contra 232 de Hillary. No obstante en porcentajes de votos individuales solo hubo menos de un punto porcentual en favor de Clinton, el sistema electoral otorga la victoria a quien primero obtenga un mínimo de 270 votos electorales. El país está dividido en zonas que otorgan estos votos electorales que no necesariamente representan la mayoría de votos. Lo que ha sucedido antes en la elección donde George W, Bush (R), le gana a Al Gore (D). Ver el mapa electoral del sentido del voto a favor de Trump, en comparación no solo a Hillary, sino a la anterior elección donde Mitt Rommey (R), pierde contra Barak Obama es impresionante. Donald Trump hizo que un sector que no votaba saliera a votar. Y ese sector fue el conservador. El que Hillary, en mi opinión desdeñó y menospreció. Será porque es su manera de pensar para toda esa gente a la que desprecia por sus convicciones religiosas. Así lo ha declarado en innumerables ocasiones a lo largo de décadas. ¿Por qué? Porque son quienes se oponen a las reformas que Hillary ha promovido siempre. Las que llevan por bandera la ideología de género. La que otra ideología, el Progresismo promueve y de la que Hillary es la principal defensora en el mundo,
Ser conservador significa considerar la santidad de la vida humana, La realidad del mal o maldad en el mundo. La importancia crítica del carácter individual. Paternidad y maternidad responsable. Contar con valores familiares fuertes y firmes. Que son conocidos como Principios Además de la justicia social. (La que no es sólo de la izquierda secular). La persona conservadora es una persona que busca conservar la especie. La persona conservadora política, es otra cosa. No obstante lleva mucho de estos principios, su visión política le hace diferente a un conservador no político. Quien al ver sus temas en las plataformas o discursos políticos les da su voto.
Hillary de Clinton se ha mofado abiertamente por décadas de la gente conservadora. La que practica su religión. ¿Por qué? Porque es la gente que se opone al aborto y a los cambios en las leyes que han cambiado el concepto de Familia, de identidad sexual y que han promovido políticas que más que solucionar un problema entre los sexos, lo han tergiversado. Promoviendo una aparente solución a los problemas vivenciales que viven las personas al interior de sus familias y en el área laboral y profesional.
Hillary declaró estar a favor del aborto, aún momentos antes de que la madre diera a luz. Es la promotora del “aborto de nacimiento parcial”. Habló en el último debate contra Trump, acerca del derecho constitucional de la mujer para decidir esto. También dijo que la fe de los cristianos tenía que ser acotada porque no permitían estos cambios. Habló así en contra de católicos, evangélicos y cristianos estadounidenses, (Y del mundo).
Estas declaraciones y su política con base en la ideología de género, sacaron a los votantes que se dieron cuenta de ello, los que no creían que Hillary fuera la principal promotora de un concepto lleno de tanto libertinaje que los tiene ya cansados y hartos de que la ideología se imponga por ley sobre las costumbres y modo de vivir del ala conservadora. Trump lo vio y les llamó a votar. Y éstas, como no tenían opción, votaron por Donald.
¿Qué tanto influyó el voto conservador?
- 39% de cristianos votaron por Hillary. 58% por Trump.
- 16% de blancos evangélicos por 81% Trump.
- 45% de católicos, por 52% por Trump.
- 71% de judíos, por 24% por Trump.
- 68% de agnósticos, por 26% por Trump.
- 62% de “otros”, por 29% por Trump.
Ambos candidatos tuvieron un compañero de fórmula con trasfondo religioso. Tim Kaine, católico por parte de la demócrata y Mike Pence, evangélico, por el republicano. El mensaje de Trump pudo más para llamar al voto conservador. Se pronunció en contra del aborto y lo demás, fue obvio. Su mensaje calificado de misógino, sexista y racista, no le hizo mella. Seguro que la feminista radical número uno del mundo pensó que con eso ganaría. Pues se equivocó. Y que Trump obtuvo el 42% del voto de las mujeres. No así el de la población de raza negra y los llamados “hispanos”.
De acuerdo a Carlos Meléndez politólogo y a Mathew Bunson, teólogo, se generó una contra-ola conservadora y Trump conseguiría el mayor voto evangélico de la historia. Algo que casi nadie vio venir. Solo algunos dijimos que ante una elección que presentaba dos candidatos malos como nunca antes, la gente preferiría al “payaso” por sobre la “bruja”. Y así fue El Meollo del Asunto.
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