Una gran cantidad de figurillas antropomorfas y tiestos de arcilla fina, obtenidos durante dos temporadas de investigación en la Zona Arqueológica de Jonuta, en Tabasco, ha arrojado luces sobre las características y el rol social que tenía la mujer en esta antigua ciudad, a partir de la vestimenta y las modificaciones corporales que presentan.
Como resultado de dos temporadas de excavación realizadas en años recientes por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en ese sitio arqueológico, cuya ocupación se dio entre los años 600 y 1000 d.C., de acuerdo con estudios de carbono 14, se ha logrado compilar una gran cantidad de piezas que fueron analizadas en los últimos años por la arqueóloga Miriam Judith Gallegos Gómora.
Los resultados obtenidos de dichos estudios, así como la revisión de la colección de figurillas del Museo Arqueológico Omar Huerta, en Jonuta, fueron presentados durante el ciclo de conferencias “Cuchcab: una visión de los mayas precolombinos”, organizado en la Dirección de Estudios Históricos del INAH.
Miriam Gallegos, titular del Proyecto Arqueológico Jonuta, señaló que se analizaron alrededor de 200 piezas completas, más una cantidad semejante de fragmentos con representaciones antropomorfas de la antigua población de Jonuta, tanto gente común como personajes de élite.
A las mujeres del pueblo, indicó, se les representó en actividades como el cuidado y protección de los niños y labores domésticas como la preparación de alimentos y la crianza de animales.
En tanto, las figurillas femeninas de élite estaban asociadas con actividades rituales; destaca la pieza denominada “La Señora de Jonuta”, la cual posee un tocado que cae sobre el hombro, portaorejeras y un lienzo sujeto desde las axilas hasta el tobillo, con el brazo izquierdo cruzado a la altura del vientre.
Otras piezas frecuentes en el registro fueron las “oradoras”, conocidas así por su posición con los brazos en alto hacia arriba y un atuendo compuesto por falda larga, orejeras y ocasionalmente brazaletes; son figuras de jóvenes con el torso desnudo y el cabello suelto vinculadas con la fertilidad. Estos objetos se distribuyen en diferentes sitios de la costa del Golfo de México.
La arqueóloga explicó que los pobladores de Jonuta simbolizaron en las figurillas todo el ciclo de vida de la mujer, ya que se tienen localizadas piezas de mujeres junto a infantes, púberes, adultas y ancianas.
De igual manera, gran parte de estas figurillas femeninas son instrumentos musicales, específicamente silbatos, debido a que son huecas y en la parte posterior poseen una embocadura indirecta de pico por donde se puede insuflar para producir el sonido.
Para el análisis de las piezas se contó con el apoyo de los doctores Manuel Acosta, de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, y Ronald Bishop, del Smithsonian Institution, quienes se enfocaron en la radiometría, mientras que el estudio arqueoacústico estuvo a cargo de la doctora Francisca Zalaquett, de la UNAM.
Asimismo, mediante datación hecha con carbono 14 se corroboró que la ocupación de este sitio se dio entre los años 600 y 1000 d.C., principalmente.
“Jonuta se ubica en la llanura aluvial costera del actual estado de Tabasco, junto al río Usumacinta, razón que permitió a los antiguos pobladores de la región tener abundantes arcillas de buena calidad y manufacturar figurillas e instrumentos musicales utilizando moldes, así como diferentes tipos de vasijas (vasos y platos especialmente) de pastas finas anaranjadas, algunos de ellos de dos milímetros de grosor”.
Miriam Gallegos comentó que Jonuta pudo haber sido un asentamiento dependiente del sitio hoy conocido como Palenque, y que dada su posición geográfica mantuvo una comunicación fluida con la red comercial costera y otros pueblos.
Añadió que a través de los caminos de agua, sus habitantes distribuyeron bienes materiales, gente e ideas hacia otros sitios cercanos, como Jaina y Comalcalco, pero también se tiene presencia de piezas elaboradas con arcilla jonuteca en sitios de Veracruz, como Nopiloa o Dicha Tuerta.
La especialista puntualizó que esta tradición musical de Jonuta pervive hoy día entre la población tabasqueña indígena, ya que las flautas de carrizo, los silbatos, tambores y sonajas forman parte importante de la acústica que acompaña bailes tradicionales y ceremonias religiosas.
Con información de: INAH
Imágen de: INAH