Columna: El Meollo del Asunto.
Por: Daniel Valles
La economía de México se contrajo por segundo mes consecutivo, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en medio de signos de que está al borde de la recesión.
Fue el tema del día en todos los medios y en las redes sociales.
El Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), una especie de Producto Interno Bruto (PIB) mensual, cayó 0.4 por ciento a tasa anual sin ajuste estacional, informó este viernes el Inegi.
El dato se compara con el pronóstico hecho por analistas (una contracción de 0.8 por ciento) y sigue la cifra reportada en abril, una contracción de 1.5 por ciento.
En la comparación mensual, el índice se contrajo 0.03 por ciento.
Es la primera vez que la economía de México se contrae en dos meses consecutivos desde la crisis financiera de 2009, y los datos apuntan a una contracción de entre 0.1 y 0.2 por ciento en el segundo trimestre de este año, según Goldman Sachs.
El pronóstico entre los analistas consultados por Bloomberg es que la economía mexicana se contraerá 0.1 por ciento. Y no fallaron.
A que el Inegi publicó ayer por la mañana los indicadores que decían eso. El crecimiento fue de solo el 0.1%. El más bajo en un inicio de sexenio, desde Ernesto Zedillo., que fue del -5.3, para el primer semestre de 1995.
Perder la confianza significa perder la misma estabilidad que sostiene todo lo que tenemos, poseemos o vemos. Hace endeble el porvenir. Genera incertidumbre y pánico.
No obstante la economía mexicana no entró en recesión, sí se estancó. Y esto no es lo malo que se esperaba, pero tampoco es buena señal. Es una que provoca el aumento de la desconfianza o dicho de otra manera, refleja la no credibilidad en la nueva administración por parte del Capital en quienes dirigen las políticas económicas del país.
Para poder confiar, se necesita algo más que un discurso presidencial. Se requiere personas confiables. ¿Será que es esto lo que la gente no está viendo? Seguramente quienes están dirigiendo no emanan ese ingrediente espiritual que es la confianza. La que lleva a tener fe.
La confianza se ejerce desde lo más íntimo de nuestro ser, desde la entraña misma. Y esto, no está presente en las actividades económicas mexicanas. Y no es para menos.
La cancelación del NAICM mediante una votación a mano alzada, inició la expresión y el sentimiento de desconfianza. ¿Cómo sería posible que una obra al 33% de su avance fuera cancelada así, preguntándole a la gente sobre la viabilidad de un aeropuerto y sus implicaciones? A gente que de aviación, rutas aéreas y suelos conoce lo que la mayoría de nosotros sabemos del planeta Júpiter.
Y más que se acusara que la cancelación se daba por la corrupción y existente en la obra y amaño de contratos. Lo que sería negado por la misma gente de la administración allegada a nuestro querido presidente.
A la gente no se le puede engañar todo el tiempo. Dentro del “pueblo sabio y buen” hay gente que reconoce las señales que generan desconfianza y aquí, ha habido mucha de esa. Pero de la que no vota a mano alzada que también es sabia y buena.
A esto del aeropuerto habría que agregar la crisis del huachicol de enero pasado, la de medicinas, la de los inmigrantes. Los despidos masivos de empleados federales. El otorgamiento de dineros o becas a personas que para nada contribuyen al aumento de la actividad económica nacional. La ley Bonilla y la ley garrote, para colmo.
Y lo que creo que más afecta la confianza, son las frases, las ideas disparatadas de quien se supone debe de ser fuente de confianza e inspiración para toda la nación.
En enero 2019, la percepción de confianza del empresario nacional en el gobierno de la 4T se encontraba en 52.69 puntos, febrero subiría a 53.01, que ha sido lo más alto para en junio pasado llegar al punto más bajo; 51.29 Estos son datos de Coparmex. Lo que sería descalificado de facto por la gente de la 4T y sus seguidores. Pero que de ninguna manera cambiaría el dato. La falta de confianza está ahí y es real. El estancamiento se manifestó en julio.
Sin embargo, en el índice de percepción de confianza en los políticos, en el 2018, México ya ocupaba el lugar 127 de 137 países medidos, donde 1. Singapur, 2. Emiratos Árabes Unidos, 3. Nueva Zelanda, 4. Qatar y 5. Finlandia, son los primeros. Fuente: Foro Económico Mundial).
¿Qué sigue? Como todos espero que el siguiente trimestre, la economía mejore. Lo que sería una señal de que la razón ha hecho su arribo a la política de la 4T. También esperaría que diera un poco de color en cuanto a las acciones que se mencionan diariamente en la “mañanera”. Pues en estas se genera mucho ruido, pero pocas nueces. Lo que contribuye al mismo tiempo, a que la confianza disminuya.
La confianza es difícil de mantener entre aquéllos que se mienten entre ellos. Por eso, el ser honesto ha sido más social que espiritual, más externo que interno. Y esta situación que vivimos, el crecimiento del 0.01% del PIB, es muestra de todo ello, porque es, El Meollo del Asunto
Daniel Valles