El cruce fronterizo México – Estados Unidos a lo largo de la historia ha acontecido sin sobresaltos. En la historia reciente, solo en el año 2001, cuando derrumbaron las Torres Gemelas, la frontera se cerró por unas cuantas horas, para reanudarse después. Ya no volvió a ser lo mismo que antes.
Es decir. Los promedios de cruce dejaron de ser de 15 a 20 minutos, para volverse de 90, en promedio. Nos acostumbramos a ello. Así hemos estado desde entonces. Las revisiones se hicieron más acuciosas.
Se aumentaron los requisitos para obtener la visa y forma I-94 para viajar más allá de las 25 millas permitidas con la visa. Todo se dificultó para nosotros los fronterizos. Que estábamos acostumbrados a que fuera todo más sencillo. Como entre buenos vecinos. Esto cambió.
Las leyes estadounidenses en cuestiones migratorias han cambiado con los años. Los ataques terroristas y el narcotráfico, así como el lavado de dinero y la migración ilegal, han sido los factores que han tenido que ser tomados en cuenta para tratar de controlar algo que a todas luces sabemos que tiene varias aristas para ser no sólo visto, sino analizado.
Insisto, los fronterizos de toda la franja que hace frontera con EUA, nos hemos acostumbrado.
De Baja California a Tamaulipas, los habitantes de estos estados que hacen una frontera de poco más de 3 mil kilómetros, nos acostumbramos. Nos adaptamos.
Cumplimos con todo lo que nos pidan las autoridades de inmigración de EUA o simplemente, nos hacemos a la idea de que nunca cruzaremos la frontera de manera legal. Punto.
Tenemos una manera de vida, de interactuar entre los dos países. Le damos forma a la muestra. A la propia. A la fronteriza.
Las personas que viven en los estados del centro y del sur de México, nada saben de las afectaciones que padecemos aquí, cuando el gobierno central toma decisiones que tienen que ver con la frontera. O que en EUA toman sus decisiones para protegerse de terroristas o narcos, o de ilegales que pretendan cruzar su frontera de manera ilegal.
No saben, no entienden y menos comprenden que somos una sola comunidad amalgamada por la costumbre, la cultura y las familias y que trastocan nuestro status quo de manera grave.
El problema que ha causado la inmigración ilegal de centro americanos a nuestro país es un ejemplo claro de ello. La administración de nuestro querido presidente AMLO, tomó la decisión de dejarlos entrar a nuestro país de manera libre, sin ponerles restricciones. Sino todo lo contrario.
Los dejó entrar. No saben a quienes dejaron entrar. Gente buena y noble, de seguro. Pero como en todo, hay ente como Lady Frijoles, que se coló en las primeras caravanas. Que rechazó la dádiva del pueblo mexicano que porque era comida para animalitos.
Cruzó a EUA y hoy está detenida en Dallas, Tx por robo a mano armada.
Las principales ciudades fronterizas de México con EUA se han sobresaturado de migrantes sudamericanos desde hacer meses.
La decisión del gobierno mexicano es de ayudarles. Qué bueno. Pero esto está causando graves daños a la economía de las mismas ciudades, al no poder resolver las necesidades de ésta gente que llega sin oficio no beneficio. Auspiciada por la bondad de nuestro querido presidente.
Para colmo, la Secretaria de Gobernación, la honorable señora Olga Sánchez Cordero, sale declarando que saldría una marcha de 20 mil personas de Honduras rumbo a la frontera México-EUA. Que resultó ser falsa. Solo 40 personas salieron de Honduras.
Lo que hace que el presidente Trump, que no Trún, amenace con cerrar la frontera con México.
Aquí en Ciudad Juárez, llevamos unos días de caos debido a que los oficiales de CDP están atendiendo a los migrantes que permanecen varados entre las dos poblaciones. En una especie de “limbo fronterizo”.
Con el anuncio de doña Olga, con el antecedente de miles de migrantes que corren para “colarse” por los cruces, como sucedió vergonzosamente en la frontera sur de México con Guatemala, el CDP, la agencia que controla la frontera sur con México, por órdenes presidenciales, tienen parcialmente cerrado el cruce internacional y amenazan con cerrarlo de manera permanente.
¿Qué sucedería?
50 mdd en productos de la Industria maquiladora se detendrían cada día que esto durara. Sin contar con las penalizaciones que la industria sufriría por no estar a tiempo. ¿Qué más?
300 mil trabajadores mexicanos legales en EUA, con tarjeta Verde, que viven en Ciudad Juárez, no llegarían a su trabajo.
Miles de estudiantes mexicanos que van a las escuelas primarias, High School, College etc, no llegarían a clases.
Sin contar el tránsito normal de compradores que de México a EUA cruzan todos los días. De personas que visitan a enfermos, familiares, o mexicanos detenidos en los sistemas carcelarios en EUA, etc.
Esto lo sabe cualquier fronterizo. No así nuestro presidente, que dice y que cree que todo está “normal”.
Amigos, esto es; ¡patético! Por decir lo menos. Y es también, El Meollo del Asunto.
El Meollo del Asunto.
Por: Daniel Valles.