La semana pasada, distintas editoriales del estado de Tlaxcala me hicieron pensar en el verdadero talón de Aquiles de la gobernadora morenista Lorena Cuéllar en el marco de la sucesión 2027 que parece ser ya inició.
Me llama la atención cómo es que plumas locales comienzan a especular sobre el futuro político de la entidad. Ingresan grupos de poder en morena al análisis, unos reparten simpatías de liderazgos y los atribuyen a un grupo político, como ejemplo, al de la senadora Ana Lilia Rivera Rivera.
Otros aseguran que líderes políticos y funcionarios se alinean con Alfonso Sánchez García, actual alcalde de la capital, mientras que unos más aseguran que la poderosa Secretaria de Turismo Federal Josefina Rodríguez Zamora ya ha comenzado a sumar a liderazgos políticos y empresariales.
Las plumas beligerantes insisten en meter grilla, sumar a unos con otros para que en el fondo los políticos se confronten, se traicionen y se acusen. Den la nota pues.
Pero todo esto que les comento tiene una responsable con nombre y apellido: Lorena Cuéllar Cisneros.
La mandataria no ha sabido conducir la sucesión y eso se palpa en los pasillos de cualquier edificio de gobierno, en cualquier comité del partido morena o en cualquier estructura que ya comienza a frotarse las manos para ver con quien se forman para seguir viviendo del dinero público.
Mientras unos líderes políticos se forman con ella, dejan a un lado al que a todas luces es el candidato natural del actual régimen, sin embargo, en ese grupo existe una tercera persona que lejos de abonar, genera incertidumbre sobre con quién se generan los acuerdos políticos para comenzar a construir un verdadero bloque, me refiero a la dirigente morenista Marcela González Castillo, quien construye acuerdos sin que los liderazgos de la 4T sepan concerteza si se acuerda con ella, con la gobernadora o con el eventual candidato.
Pero este escenario que les acabo de narrar, no necesariamente responsabilidad de los personajes citados, sino de la propia gobernadora que no ha sujetado la sucesión 2027.
Cada quién hace lo que quiere ante la falta de liderazgo de la propia mandataria y de una postura firme de que ella es quien lleva las riendas del poder político estatal.
Queda poco más de 1 año de poder antes de que se perfilen quienes abanderarán al partidazo, por lo que aún es tiempo de que la mandataria recuerde que ella es la gobernadora hasta el último día de su gestión.
O hace eso, o se aparta de quienes buscan sucederla dejándolos libres para acordar, afianzar, negociar, etc., en beneficio de su propio juego político.