El Mar Mediterráneo se ha convertido en unos años en la fosa común delos sueños de miles de migrantes que han engrosado las filas de aquéllos que mueren todos los días por querer alcanzar un sueño, una esperanza de vida para sus familias o hasta para ellos mismos; desprotegidos que invierten el poco dinero que consiguen con empleos mal pagadosque no les permiten solventar los gastos de una familia, dinero que invierten con los traficantes sin escrúpulos que no les garantizan ni siquiera que conservarán sus vidas en la travesía hacia lo desconocido.
Guerras, atentados, persecuciones religiosas, inexistentes políticas de bienestar en sus países, son algunos de los males que los habitantes de varios países africanos, entre ellos Libia y Egipto, sufren día a día y por los que han decidido dejarlo todo, absolutamente todo, inclusodejan sus vidas en la mitad del mar, por intentar traspasar una frontera, por llegar a los países poderosos que cuentan con todo aquello que no tendrán en muchos años, empleos (ilegales) que les permitirán sostener a sus familias.
Una tragedia que en lo que va del año, ha cobrado ya más de 1 600 vidas, tragedia, consecuencia de muchas otras, que afecta la estabilidad de las naciones involucradas, tanto de las que buscan el exilio, como de las que han tenido que alojar, de manera involuntaria a los que logran librar el infierno del mar o del desierto.
Los gobiernos poderosos, argumentan crisis y por lo tanto se niegan a proporcionar asilo humanitario y menos legalizarlos dentro de sus naciones, gobiernos conservadores proponen considerar el “modelo australiano” de cero tolerancia, Peter Dutton, Ministro de Migración del gobierno conservador de Tony Abbot, ha decidido no aceptar ninguna embarcación ilegal en sus costas.
La decisión fue tomada a raíz de que más de 1 200 migrantes perdieron la vida ahogados tras el naufragio de embarcaciones ilegales al querer llegar a tierras australianas,su política “humanitaria” consiste en el rechazo a todas las embarcaciones ilegales, con apoyo de sus fuerzas armadas marítimas y la deportación de los migrantes que han aumentado considerablemente al estallar los conflictos armados en Libia, Siria y Egipto.
El periodista Frabrizio Gatti denuncia que la Unión Europea, con apoyo del gobierno italiano, propone dar solución a esta tragedia con estrategias duras como “ametrallar a las embarcaciones ilegales que encuentren cruzando el mar y llevar los barcos a los puertos sirios para que no puedan volver a usarlos como transporte para los migrantes”.
El problema de la inmigración, aunque sea abatido con la fuerza, será muy complicado hacer que desaparezca, ya que los desposeídos no cesarán en buscar un mejor destino para ellos y sus familias, los traficantes no dejarán el jugoso negocio que les resulta de vender rutas de acceso hacia un sueño que, en la mayoría de los casos, más bien es una pesadilla constante.
Europa sufre ahora las consecuencias de haberse apoderado sin escrúpulos de los países africanos, de haber tomado a su gente como esclavos y eliminar su cultura para imponer sus gobiernos y lengua, ahora sin estas barreras, los inmigrantes están convencidos de que tienen el derecho de transgredir fronteras para buscar un mundo mejor.
En el peligroso viaje sufren de abuso y extorsión de los traficantes de personas, es un recorrido marcado por dos grandes motivos: la huída de un gobierno represor y la búsqueda de un lugar mejor.
Este planeta, nos pertenece a todos, la división de nuestro género ha colapsado a la humanidad por completo, las soluciones propuestas dejan muchas dudas sobre la protección de los derechos humanos más básicos, ¿qué hacer?, ¿deben los países poderosos proponer estrategias más apegadas a los derechos humanos?, ¿dar cobijo a pesar de la crisis económica?, ¿de quién es responsabilidad proteger a los migrantes?
Una tragedia mundial que no debe tenernos indiferentes, ya que una ruta semejante nos toca vivir día con día, al sonido de un tren llamado “La Bestia”.
Imagen de: Google
