Martes, 22 Octubre 2024
Lunes, 21 Octubre 2024 16:43

Economía del conocimiento... el veto inexplicable

Escrito por
Economía del conocimiento... el veto inexplicable Especial

 

"En la economía del conocimiento, tu cerebro es el nuevo petróleo... pero no te recomiendo extraerlo en público."

 Peter Drucker/AEFL

 

EL GRAN ENGAÑO: Hasta bien avanzado el siglo XX, la economía reconocía como factores de producción a la tierra, al trabajo y al capital, en la medida que estos tres factores crecieran o no, las economías crecían o no, en base al pago de rentas, salarios y utilidades, respectivamente.

 

Sin embargo a partir de mediados de los años 90´s del siglo pasado, la revolución tecnológica y cibernética, obligaron a utilizar un nuevo factor, la famosísima Tecnología de la Información (TI) que derivó, ya en este siglo en la llamada “Economía del Conocimiento”, sin duda la Nueva Economía.

 

La Economía del Conocimiento es un concepto que se refiere a la producción, distribución y aplicación de conocimientos e información como principales factores de crecimiento económico y desarrollo. En esta economía, el conocimiento y la innovación se convierten en los principales activos y motores del desarrollo.

 

Un ejemplo “casero” ilustra su importancia: Imagina que has aprendido nuevas técnicas de cocina gracias a tutoriales en línea o libros que has comprado, y estas técnicas te han permitido ahorrar tiempo y dinero, además de hacer comidas más saludables para tu familia. Ahora, imagina que un día, las empresas o personas que crean esos tutoriales o escriben esos libros deciden dejar de compartir su conocimiento. Para evitar que otros aprendan de manera gratuita, empiezan a restringir el acceso a la información, haciendo que solo unas pocas personas puedan acceder a ella si pagan mucho dinero.

 

Esto es equivalente a lo que puede suceder en la economía del conocimiento cuando hay barreras para el acceso a la información, como la falta de inversión en educación, la restricción de patentes, o cuando empresas o gobiernos limitan el acceso a tecnología avanzada. Al bloquear el flujo de conocimiento, se afecta la capacidad de las personas para mejorar y aplicar nuevas ideas en su vida diaria o trabajo.

 

El daño que esto puede causar es que se limita el progreso, desarrollo o crecimiento, se generan desigualdades pues se ensancha la brecha entre quienes tienen y quienes no tienen aumenta y, sobre a todo a nivel macro, se desperdician recursos.

 

Para una ama de casa, esto podría significar que, mientras unas personas tienen acceso a herramientas que les permiten hacer más con menos esfuerzo, otras se quedan atrás, haciendo las cosas de manera más lenta y costosa. Bloquear, pues, la economía del conocimiento perjudica el acceso a mejoras que pueden hacer la vida más fácil y eficiente, desde el hogar hasta la sociedad en general. Esto causa estancamiento, aumento de costos y mayores desigualdades.

 

MÉXICO EN EL TOBOGÁN: ¿Está nuestro país en esta tesitura? Desgraciadamente, todas las pruebas empíricas y los rankings o clasificaciones internacionales, números duros pero reales, nos indican que sí. Veamos: El concepto contrario a la Economía del Conocimiento podría describirse como una economía basada en recursos físicos o materiales o una economía tradicional de bienes tangibles. En esta economía, el valor principal no proviene del conocimiento, la información o la innovación, sino de la explotación de recursos naturales, la mano de obra intensiva o la producción de bienes físicos.

 

El daño de una economía basada en recursos físicos sin un enfoque en el conocimiento es que puede llegar a un punto de agotamiento de recursos o falta de competitividad cuando otras economías más basadas en el conocimiento avanzan en eficiencia, sostenibilidad y desarrollo tecnológico. Comparemos Cuba o Venezuela con Finlandia, Suecia o Chile, los dos primeros se enfocaron en el uso intensivo de recursos naturales y producción de bienes físicos sin aprovechar al máximo el potencial del conocimiento para el desarrollo sostenible.

 

Al priorizar obsoletos conceptos ideológicos, los gobiernos populistas depauperizaron a sus países y transformaron, de manera perversa, sus economías, hoy por hoy, junto con Nicaragua y algunos países africanos, las más vulnerables a la volatilidad de los precios de las materias primas y a los impactos ambientales derivados de la sobreexplotación.

 

Mientras la Economía del Conocimiento se centra en crear valor mediante el aprendizaje, la innovación y la tecnología, su contrario -la Economía de la Ignorancia- solo busca preservar el control político o económico al tiempo que se reduce la inversión en educación y tecnología. A mayor ignorancia, mayor engaño y mayor captación de votos.

 

En Corea del Norte, por ejemplo, aunque la Venezuela de Maduro no le va muy a la zaga, el gobierno controla estrictamente el acceso a la información, con censura total del internet y una vigilancia masiva sobre cualquier intercambio de conocimientos externos. El país tiene una intranet limitada llamada Kwangmyong, pero está completamente aislada de la red mundial y contiene solo sitios aprobados por el gobierno, principalmente con información ideológica y propaganda estatal.

 

La desalineación del CONACYT en México es un ejemplo claro del rumbo equivocado de ciertas políticas públicas y ya refleja un impacto negativo significativo en la Economía del Conocimiento en el país. El CONACYT era el principal organismo encargado de promover la investigación científica y tecnológica en México, y su desatinada desalineación afectó gravemente la inversión en proyectos de innovación y emprendimiento.

 

Los números no mienten, la economía número 12 del mundo ocupa el lugar número 76 en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU, a la altura de Sri Lanka. En el Índice de Innovación Global -otra medida del conocimiento- no pasamos del lugar 56. En el Índice de Competitividad Global somos también la economía número 56, el lugar más bajo desde 2019. Posiciones semejante si medimos la Inversión en Investigación y Desarrollo, el Nivel de Educación Superior (en caída libre) o la conectividad y acceso a internet.

 

Las alertas rojas se encienden, además del rezago tecnológico y la fuga de cerebros, se requieren verdaderas políticas públicas, no ideas al vapor, que ayuden a mejorar el entorno empresarial y a disminuir la incertidumbre, mejorando la justicia y la seguridad y protegiendo el marco democrático.

 

Con la nueva y confusa Ley de Ciencia, el CONACYT se convirtió en CONAHCYT. La transformación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) en el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) es oficial. Una letra más y muchos recursos menos, el control político desplaza a la Economía del Conocimiento y posiciona a la muy explotada (por muy pocos) Economía de la Ignorancia.

 

DE FONDO: A partir de 2010, el concepto de Economía del Conocimiento evolucionó hacia la llamada "Nueva Economía del Conocimiento", que se enfoca en la economía digital, la ciencia de datos y la inteligencia artificial. Esta nueva era ha transformado la forma en que se crean y se distribuyen productos y servicios, y ha cambiado la forma en que se entiende el valor y la riqueza en la economía, muy por encima de megaproyectos improductivos que destrozan los bolsillos de la gente e incrementan la deuda pública, la de todos, decidida por uno(a), de manera exponencial y peligrosa en monto, costo y riesgo.

 

DE FORMA: La gasolina Magna, la que iba a costar 10 pesos el litro (se nos prometió en 2018), “mantiene” su precio en 24 pesos el litro, pese a la promesa (en 2024) de que no subiría a más de 21 pesos el litro. Mentiras encadenadas que rebotan en la espalda de los consumidores (¿ya fue usted al súper esta semana?).

 

DEFORME: Mientras aumentan las importaciones, por falta de producción interna, la captación fiscal en aduanas cae un 4.6% al corte de agosto. Como que las cifras no cuadran, ¿más movimiento y menos captación?, ¿mercado negro?...

 

 

Redacción

Adalberto Füguemann

  • Economista con estudios de postgrado en Administración de Hospitales, Administración Pública, Mercado de Valores, Turismo y Alta Dirección de Empresas, egresado de la Universidad Autónoma de Puebla, primer lugar de su generación. Cuenta con gran experiencia dentro de la Administración Pública Federal y la Iniciativa Privada.

  • Conferencista a nivel nacional e internacional. Editorialista en diferentes diarios y revistas; así como comentarista de Economía y Finanzas para las cadenas Radio ACIR Puebla, Grupo Cinco Radio, Radio Capital Toluca y Poder Edomex Digital.

  • Consultor Asociado y Generador de Alianzas Estratégicas para las firmas Taller Especializado de Arquitectura Mexicana, APLA Consultores, STA Consultores y Esfera Turística, en proyectos de desarrollo y gestión de destinos turísticos, rediseño de destinos y modelos de gobernanza.

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