Claudia ¿Quién eres en realidad?Nunca has necesitado ser tu misma ante la sociedad para ganar los espacios de poder en los que has competido. Te bastó con ser candidata del movimiento de López Obrador para que la gente votara por ti, sin importar en realidad si tu moral es la de una científica, castrista o guevarista, maoísta o estalinista, judía o atea, madre o discípula. A los mexicanos que votaron por ti los movía odio y resentimiento, así que habrían hecho ganar a cualquiera en tu lugar.
La pregunta es relevante porque tus decisiones serán consecuencia de tu moral y ésta de tus valores. Si en la conformación de tu estructura de valores antepones tu ideología socialista, tu lealtad a López Obrador, tu formación como científica o tu responsabilidad de madre, veremos distintas versiones de una presidenta.
En los primeros meses de tu gobierno no tuviste el poder para decidir conforme a tus valores, tus decisiones en realidad no fueron tuyas, si acaso solamente decidiste no oponerte.
La situación está cambiando porque poco a poco los límites que te impuso López Obrador comienzan a desvanecerse. La dura política de Donald Trump ha acelerado el proceso. Los alfiles que tu antecesor dejó clavados en el tablero de la política están perdiendo capacidad e influencia. El cuestionamiento y en algunos casos la evidencia sobre vínculos de importantes figuras de la 4t con el crimen organizado, te abre espacio para que el poder de la Presidencia de la República lo puedas ejercer a plenitud.
Te has desempeñado como la discípula fiel de un líder cuya única moral es acumular poder por el poder mismo. Permitiste que prosperara la reforma al Poder Judicial y se realizara la elección de jueces y magistrados, un dispendio aberrante y una regresión autoritaria. Autorizaste la desaparición de los órganos autónomos y con ello los ciudadanos quedamos a merced del Estado. Sin protección de datos personales, sin mecanismos para exigir rendición de cuentas a los gobiernos, sin evaluación de las políticas sociales, sin regulación de los mercados de competencia o del sector energético.
En tu gobierno se han coartado derechos fundamentales como la libertad de expresión y has hecho legal que el Estado vigile y registre las actividades privadas de los ciudadanos sin mediar una orden judicial. Se dice que vas a proponer una reforma electoral que modificará la manera en que se conforma el poder legislativo, reducirás la capacidad económica de los partidos políticos y la autonomía del Instituto Nacional Electoral. Eso significa que no habrá manera de que la oposición compita realmente por el poder en unas elecciones, ni que pueda conformar un bloque legislativo que impida cambios en las leyes por la vía democrática.
Conforme pasan los meses y vas adquiriendo autoridad política, todo indica que en tus valores predomina una vocación autoritaria con un profundo desprecio por la sociedad civil, los derechos individuales, las libertades y la oposición. El sesgo socialista de tu juventud predomina sobre la racionalidad de la científica que eres. El doctorado que obtuviste al estudiar en una universidad estadounidense no atemperó tu simpatía por regímenes autoritarios como el de Cuba o Venezuela.
Quedan más de 5 años de gobierno en los que escribirás las páginas de tu historia. No será Trump el culpable de lo que ocurra en México, tampoco lo será del todo López Obrador. La responsable serás tú.
A pasar de que en materia de combate al narcotráfico hay indicadores que te avalan, no son suficientes para imaginar que los mexicanos viviremos más seguros. En materia económica las condiciones empeoran rápidamente. Tu gobierno gasta mucho más de lo que ingresa y se endeuda mucho, esa situación se está convirtiendo en insostenible para las finanzas públicas.
Por lo que hace a la desaparición de libertades y de derechos tu gobierno comienza a parecerse al de Porfirio Díaz. En cuanto a represión, al de Díaz Ordaz. Y en desorden financiero al de Luis Echeverría. Es triste pero es cierto, estás repitiendo los patrones que juraste combatir.
Por eso, se vale preguntarte y que te preguntes ¿Quién eres en realidad Claudia?
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