Considerada la primera organización religiosa en arribar a la Nueva España, la Orden de San Francisco generó a partir de su establecimiento uno de los más importantes corpus documentales. Una parte fundamental de este valioso acervo, que abarca de 1521 a 1887, está bajo el resguardo de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia (BNAH), que este año concluyó su catalogación.
Fabiola Chávez Bárcenas, del Archivo Histórico de la BNAH y catalogadora de dicha labor, comentó que el objetivo es facilitar la consulta del fondo vía internet a los usuarios, ya que desde su casa o centro de trabajo pueden acceder a los siete mil 694 registros divididos en cuatro principales índices: Onomástico, Geográfico, Temático y Cronológico.
El Fondo Franciscano, agrupado en 194 volúmenes, perteneció al archivo de la Provincia del Santo Evangelio de México, cuya sede fue el Convento de San Francisco de la Ciudad de México. Contiene información de los establecimientos de dicha provincia: inventarios de sus bienes, libros de cuentas y de profesiones, directorios, patentes, correspondencia, etcétera.
Asimismo, resguarda documentos de las provincias de San Pedro y San Pablo, en Michoacán; del apóstol Santiago, en Jalisco; de San Francisco, en Zacatecas; de San José de Yucatán y Guatemala y de San Diego de México, así como de los Colegios de Propaganda Fide de Querétaro, Zacatecas y San Fernando.
Otros registros corresponden a documentación de conventos de monjas que dependían de los franciscanos, tal es el caso de Santa Clara de Atlixco, Puebla; el de la Purísima Concepción, de Cosamaloapan, Veracruz, y el de Corpus Christi, en la Ciudad de México.
“Todos éstos respondían al superior general de la orden en México, conocido con el nombre de Comisario General de la Nueva España, cuya sede estaba en el Convento de San Francisco de México, el cual contaba con un archivo en el que se conservaban los papeles concernientes a la administración del convento y en general de toda la orden franciscana en el Nuevo Mundo”.
Por esta razón —dijo la especialista del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)—, en el fondo también se puede encontrar documentos de las Provincias de Filipinas, Florida, Cuba, Nicaragua, Honduras y California, así como escritos en diferentes idiomas: español, latín, maya, náhuatl y tagalo.
El documento más remoto del acervo es la copia impresa de la Bula del papa León X Alias felices recordationis… datum Romae, fechada en 1521, mientras que el de menor antigüedad es un acuse de pago que recibió la administración de la Hacienda de Enseñanza Práctica en 1862.
Fabiola Chávez detalló que el usuario puede ingresar a la página http://www.bnah.inah.gob.mx, dar clic en Archivo Histórico donde se despliega una página y elegir búsqueda avanzada, posteriormente seleccionar Fondo Franciscano y ahí aparecen los registros.
La documentación también se puede consultar en el área de microfilm de la biblioteca, y de manera física por medio de una carta dirigida al doctor Baltazar Brito Guadarrama, director de la BNAH, presentada en el área de Servicios al Público.
Explicó que el origen de los documentos que integran el Fondo Franciscano de la BNAH se remonta a una de las colecciones que formaba parte del acervo bibliotecario del antiguo Museo Nacional de México, la “Colección Azul”, llamada así por el color de su encuadernación.
En 1944, dicha colección fue dividida por la antropóloga Eulalia Guzmán Barrón. De aquella fragmentación se originaron cuatro fondos: el Franciscano, Hospital Real de Naturales, Colegio de San Gregorio y la Escuela Nacional de Agricultura.
La primera catalogación del fondo fue hecha ese año por Eulalia Guzmán, quien además elaboró el primer índice onomástico y cronológico. Posteriormente, el padre Francisco Morales, con la colaboración de la historiadora DorothyTanck de Estrada, realizó en 1977 la segunda catalogación, cuyo resultado fue una guía de dos tomos, el primero publicado en 1978 y el segundo en 2007.
Finalmente, entre 2015 e inicios de este año, con base en el trabajo dirigido por el padre Morales y ante la necesidad de contar con un registro de los últimos 43 volúmenes faltantes, se realizó una nueva catalogación respetando el orden asignado a los documentos y enriquecida con nuevas entradas onomásticas, topográficas y temáticas que brindan una mayor accesibilidad a la información.
Con información de: INAH
Imagen: INAH