Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Tecnológico de Monterrey, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados y la Universidad Autónoma de Querétaro desarrollan cinco diferentes vacunas contra el COVID-19, pero la falta de recursos y de laboratorios especializados en el territorio nacional impiden que se desarrollen pruebas en humanos.
Será así que hasta 2021 arrancarán los estudios clínicos de la fase 1 según informa Milenio: “Se han hecho con muy pocos recursos, ha sido el apoyo de la SRE y algunos extras, yo esperaría que una vez en la fase clínica el Conacyt, la SRE y el gobierno apoyen, pero además necesitamos tener la infraestructura para responder a cualquier otra pandemia”, dijo Esther Orozco, coordinadora del grupo técnico-científico que representa a México ante la Coalición para las Innovaciones de Preparación para Epidemias (CEPI).
Estos investigadores resaltan que la gran mayoría de estos proyectos han buscado cómo autofinanciarse, además de establecer métodos de donación en cada una de sus instituciones ya que los recursos que entregó el gobierno son escasos y se agotaron apenas en las primeras fases.
Los científicos también consideraron que aunque habrá vacunas de distintos desarrolladores en el mundo, México debe contar con la suya y no depender de las vacunas que sobren en el mercado.