El equipo de la oficina de derechos humanos en Nicaragua abandonó el país este fin de semana tras la decisión del Gobierno de poner fin a la misión de investigación de esta entidad. Una portavoz de la Oficina ha dicho que seguirán siendo una voz para las víctimas.
“La protección de las víctimas en Nicaragua es cada vez más difícil dado el limitado acceso y supervisión de la comunidad internacional. En las últimas semanas, los individuos y los grupos asociados con las protestas han sufrido una creciente criminalización y arrestos”, decía Liz Throsell.
La portavoz explicaba que la ONU seguirá trabajando con los mecanismos regionales de la comunidad internacional.
La expulsión se produjo un día después de que la misión publicara un informe sobre las violaciones de derechos humanos en el país desde el pasado mes de abril y responsabilizara al Estado del "alto grado de represión" tras las protestas, en las que se han registrado "más de 300 muertos y 2.000 heridos".
Con información de Prensa ONU