La industria armamentista respondió a la denuncia que presentó México contra este sector. Así, la Fundación Nacional de Tiro Deportivo (NSSF, por sus siglas en inglés) rechazó que se cometan "prácticas de negocio negligentes".
"Las acusaciones de tráfico transfronterizo de armas al por mayor son evidentemente falsas", expresó Lawrence G. Keane, vicepresidente Senior y Asesor Jurídico de NSSF, quien recordó que "el gobierno mexicano es responsable del crimen desenfrenado y la corrupción dentro de sus propias fronteras".
“La actividad criminal de México es un resultado directo del tráfico ilícito de drogas, la trata de personas y los cárteles del crimen organizado que plagan a los ciudadanos de México. Son estos cárteles los que hacen un uso indebido delictivo de armas de fuego importadas ilegalmente a México o robadas al ejército mexicano y a las fuerzas del orden público”, agregó.
La organización expresó que en lugar de buscar el chivo expiatorio de las empresas estadounidenses que respetan la ley, el gobierno mexicano deben concentrar sus esfuerzos en llevar a los cárteles ante la justicia, pues es el único responsable de ello.
En el comunicado se enfatizó que "el gobierno de Estados Unidos también vende armas de fuego directamente al gobierno mexicano. Los soldados mexicanos continúan desertando para trabajar para los cárteles de la droga, llevándose consigo sus rifles de servicio fabricados en Estados Unidos”.
Por último se indicó que según los cables del Departamento de Estado de Estados Unidos, las armas más letales utilizadas por los cárteles mexicanos provienen de los arsenales centroamericanos. Además, según un informe de 2006 de Amnistía Internacional, China suministraba activamente armas a países latinoamericanos, que posteriormente fueron incautados en México.
Con información de: El Univeral