El papa Francisco opinó que la libertad de expresión tiene límites, sobre todo cuando insulta o se burla de la fe de otros.
En declaraciones a bordo de su avión, en ruta a Filipinas, Francisco defendió la libertad de expresión como derecho humano fundamental y como deber de decir lo que uno piensa para el bien de todos.
Sin embargo, hay límites, dijo.
Para dar un ejemplo, se refirió a Alberto Gasparri, organizador de los viajes papales, que se encontraba a su lado. “Si mi buen amigo, el doctor Gasparri, dice una mala palabra sobre mi madre, puede esperar en respuesta un puñetazo. Es normal. Es normal. No se debe provocar. No se puede insultar la fe ajena. Uno no se puede burlar de la fe de los demás”.
Mucha gente en el mundo ha defendido el derecho de la revista satírica Charlie Hebdo a publicar caricaturas provocadoras del profeta Mahoma tras la masacre en la redacción parisina de la publicación y el posterior ataque a un supermercado kosher. Los ataques dejaron 17 muertos.
Sin embargo, últimamente el Vaticano y cuatro influyentes imanes franceses en una declaración conjunta denunciaron los ataques a la vez que exhortaron a los medios a tratar a las religiones con respeto.
Francisco, que ha exhortado a los líderes musulmanes a pronunciarse contra el extremismo islámico, dio un paso más cuando un periodista francés le preguntó si había límites cuando la libertad de expresión choca con la libertad religiosa.
El pontífice insistió que era una “aberración” matar en nombre de Dios y que jamás se debe usar la religión para justificar la violencia.
Sin embargo, dijo que había un límite a la libertad de expresión cuando ofendía las creencias religiosas ajenas.
“Hay tanta gente que habla mal de las religiones u otras religiones, que se burla de ellas, que toman a la ligera las religiones ajenas”, dijo. “Son provocadores. Adicionalmente, lo que les sucede es lo que le sucedería al doctor Gasparri si dijera una mala palabra sobre mi madre. Hay un límite”.
Después de los ataques en París, el Vaticano ha restado importancia a los informes de que es un blanco potencial de extremistas islámicos, señalando que se mantiene alerta pero no ha recibido amenazas concretas.
Francisco dijo que temía sobre todo por los fieles y que habló con los agentes de seguridad vaticanos que toman “medidas prudentes y seguras”.
“Estoy preocupado, pero ustedes saben que tengo un defecto: una buena dosis de descuido. Soy descuidado en estos asuntos”, dijo, pero reconoció que en sus oraciones ha pedido que si algo le sucediera, “que no duela, porque no soy muy valiente cuando se trata del dolor. Soy muy tímido”.
“Estoy en manos de Dios”, agregó
Con información de AP.
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