18 personas en conjunto han presentado una demanda colectiva contra Apple ante un tribunal federal del norte de California. La compañía de Silicon Valley está siendo acusada de provocar un descenso intencional en el rendimiento de los iPhone más antiguos, por lo menos desde de enero de 2017.

La demanda surgió desde el reconocimiento de la propia compañía de que se estaba reduciendo el rendimiento de los iPhone 6 para soportar la autonomía del terminal, hecho que acabó con una actualización masiva de esas baterías para recuperar el rendimiento.

Este suceso fue considerado en la demanda en contra de Apple en la que se indica “[…] como uno de los fraudes al consumidor más grandes de la historia, afectando a cientos de millones de dispositivos móviles en todo el mundo”, agregando que la multinacional degradó intencionalmente el rendimiento de los dispositivos como parte de un plan de obsolescencia programada para incrementar sus ganancias.

Si bien los demandantes no necesitan atribuir ningún motivo tras de la degradación intencional de los dispositivos por parte de Apple, es evidente que Apple continuó haciéndolo por la sencilla razón por las que se cometen la mayoría de los fraudes: dinero”, señala la demanda.

Apple previamente negó cualquier tipo de obsolescencia programada al afirmar que nunca ha hecho ni haría nada para acortar intencionalmente la vida de ningún dispositivo, o degradar la experiencia del usuario para empujar a los usuarios a actualizar algún producto.

Hasta ahora la compañía de Tim Cook enfrenta ya, más de 60 demandas colectivas en todo el planeta por el mismo motivo. El primer caso se presentó en diciembre de 2017, justo después de conocerse el escándalo de las baterías de los iPhone 6.

Para que el juez tome una decisión sobre la aceptación a trámite de esta nueva demanda pasará algún tiempo, aunque de hacerlo, seguramente se unirá junto a las demás que se han presentado en el tribunal de distrito del norte de California para incluirse en futuros procedimientos contra Apple.