El pasado 22 de septiembre un equipo de arqueólogos, descubrieron restos de una muralla y una acumulación de material que incluía fragmentos de cerámica maya en la Plaza de las Columnsa, Teotihuacán.
El hallazgo inició con el proyecto Plaza de las Columnas, con la idea de explorar el cuarto complejo arquitectónico más grande de la metrópoli prehispánica, luego de los conjuntos de las pirámides del Sol y de la Luna, así como La Ciudadela.
Se descubrió a través de la excavación de pozos de 5 metros de profundidad, con ello se ha podido determinar que las estructuras de la Plaza de las Columnas sirvieron para actividades administrativas, ceremoniales y probablemente como residencia no sólo de la élite teotihuacana sino maya.
Élite #maya residió en #Teotihuacan, revelan hallazgos en la Plaza de las Columnas.
— INAH (@INAHmx) September 24, 2018
Interacción entre ambas civilizaciones del periodo Clásico se encuentran en la Plaza situada entre la #Pirámide del Sol y la Pirámide de la Luna. Fotogalería: https://t.co/cAxLKvrUEh pic.twitter.com/jwWr3NB7PQ
En el 2016, se rescataron más de 500 fragmentos de pintura mural en la parte septentrional del montículo norte, muchos de los cuales destacan por poseer estilo maya.
El Doctor Saburo Sugiyama menciona que otros hallazgos ocurridos en la Pirámide de la Luna a apuntaban a la relación de amabas culturas.
“nos permite afirmar la presencia de las élites mayas en Teotihuacan, y que ésta no fue periódica y con fines rituales, sino permanente. Es probable que los artistas que hicieron estos murales, y los funcionarios mayas de más alto rango político, habitaran en un edificio al norte de dicho montículo” dijo el Dr. Sugiyama.
Por oro lado, a un costado del montículo norte, y a escasos metros al pie del mismo, los arqueólogos ubicaron una amplia concentración de materiales de desecho carbonizados, producto de una ceremonia colectiva: huesos de animales (conejo, venado, codorniz, liebre) y semillas de alimentos (yuca, tabaco, chile, tomate) que fueron consumidos; además de piezas de obsidiana, conchas y múltiples fragmentos cerámicos de los que se recuperaron vasijas casi completas
En ese cúmulo, se halló la tapa de un vaso con una escena esgrafiada en la que destacan personajes mayas portando tocados de cola de lobo, símbolo de la élite teotihuacana, lo que parece reforzar la hipótesis de la alianza entre ambos grupos.
Con información del INAH