El libro de cuentos intitulado Fuente del deseo, el cual aborda diversas problemáticas de la mujer, es el proyecto literario que la escritora michoacana Berenice Hernández desarrolla con apoyo del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
En entrevista, la joven autora precisó que al empezar a escribir desarrolló esta idea, “más que nada porque son pocas las mujeres que escriben y son pocos los hombres que tocan los temas de ellas”.
Por ello, en Fuente del deseo la escritora aborda la relación de la vagina con todos los problemas que ésta causa a las mujeres, como “la vida sexual y todas las cosas por las que pasamos y que son como difíciles comprender e identificar”.
Los cuentos que integrarán el volumen tienen nombres de mujer: Magdalena, Marina, Nadia y Bolita Botero; este último, con tono irónico y humor negro, busca retratar la crueldad de la sociedad hacia una mujer que se queda atorada en un probador de ropa deportiva.
“Lo que va pasando es que hay gente que la empieza a tomar como modelo a seguir y hay gente que la crítica porque, cómo es posible que una gorda se quede atorada en un probador. Empieza esta idea de que ella no sabe con qué gente relacionarse y tampoco quién es y qué es lo que está buscando en la vida; ella es un poco torpe y va siguiendo lo que en ese momento en su vida le conviene más”.
En el cuento intitulado Alondra, la autora, quien forma parte de la Sociedad de Escritores Michoacanos, habla de una mujer que siempre ha estado a la sombra de las telenovelas y de los deseos. Primero de su madre y después de su esposo.
“Se casa, casi casi, por órdenes de su madre y queda estancada hasta que comienza a ver una comedia y tiene un ídolo que empieza a ver en las telenovelas, en las películas y él hace que quiera ser distinta, pero no lo hace de una forma que ella quiera superarse como mujer, sino que al final de cuentas quiere superarse de una forma machista”.
En el caso de Magdalena, señaló la escritora, el cuento trata de una prostituta que tiene una alta religiosidad. “Es un personaje muy extraño que tiene problemas psicológicos” y aunque no quiere trabajar como sexoservidora, “la primera vez que le tocó hacer un privado a sus clientes la matan y ella termina en un lapsus, creyendo que Dios quiso que todo eso sucediera, entonces espera resucitar así como Jesús, por sus mismas ideas religiosas”.
Mientras que en el cuento Lu aborda la historia de “un chico que está entre la indecisión de si es mujer u hombre, es como ese deseo de poder pertenecer a la especie femenina y hay otro cuento de una chica que no tiene vagina y lo descubre gracias a su tía”.
Fuente del deseo habla de los diferentes puntos de vista de la feminidad, a partir de la idea de la vagina, “si la vemos así es como lo húmedo, lo mojado, lo que muchos desean, como en el cuento de Magdalena, que ella no desea ser prostituida, sino nada más ser bailarina”.
Será en marzo del próximo año cuando Berenice Hernández termine los cuentos de Fuente del deseo, pues actualmente trabaja en su creación, bajo la tutoría del escritor Raúl Casamadrid, para darle a todos los textos la misma tónica.
Si bien los cuentos de Fuente del deseo no tienen un estilo definido, pues se trata más de acciones, serán de corte realista, ya que “son personajes muy cercanos como afirma una vecina, quiero manejarlos muy reales, para mi debería ser así la literatura, como de una realidad”.
Una vez terminado el libro, que Berenice Hernández trabaja con apoyo del PECDA, buscará su publicación, a fin de que los lectores conozcan estas historias que conectan con el lado femenino a través de diversos personajes.
Información de: CONACULTA
