A la escasez de agua se suman otras problemáticas: sobreexplotación de los mantos acuíferos, problemas en la red para su distribución y contaminación. De acuerdo con la UNESCO, en 2017 el 80 por ciento de las aguas residuales retornaron al ecosistema sin ser tratadas o reutilizadas. Para contribuir en su saneamiento, investigadores del Instituto de Ciencias de la BUAP (ICUAP) desarrollan materiales derivados de residuos orgánicos capaces de eliminar contaminantes en agua.
La doctora Lidia Esmeralda García Díaz, investigadora del Centro de Química del ICUAP e integrante del Cuerpo Académico “Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencia de Materiales”, indicó que la materia prima para la elaboración de estos materiales son residuos agro-industriales, como flor de jamaica, huesos de aguacate, paja de maíz, semillas y cáscaras de frutas, de los cuales se obtiene carbón activado: un material con alto valor agregado, se usa en la purificación de agua y hasta en aplicaciones médicas.
La adsorción (proceso útil en la potabilización de agua) por carbón activado ha demostrado tener una mejor eficiencia en comparación con otros tratamientos, como la oxidación. No obstante, el carbón activado tiene un costo elevado en el mercado que va desde mil 200 dólares hasta 14 mil la tonelada; obtenerlo de residuos agroindustriales reduciría su costo.
García Díaz, responsable del Laboratorio de Adsorción y Cromatografía, indicó que además se realizan modificaciones químicas a estos materiales adsorbentes para que tengan propiedades fotocatalíticas y sea más eficiente el proceso de eliminación de contaminantes.
“Hemos logrado la eliminación de varios colorantes, pesticidas, aditivos plásticos, fármacos y agentes de contraste usados en imagenología de resonancia magnética; en todos los casos con porcentajes de eliminación superiores al 90 por ciento”, destacó.
Estos materiales adsorbentes, dijo, son aplicables en la etapa de tratamiento terciario de aguas residuales (paso final del proceso de limpieza, antes de enviarlas a ríos o mares), donde pueden instalarse columnas empacadas con adsorbente para erradicar los contaminantes persistentes y que no son desechados en los tratamientos convencionales. Asimismo, los sistemas de adsorción pueden diseñarse en diferentes escalas y operarse con relativa facilidad con un sistema sencillo de bombeo.