Los piercings corporales nos pueden gustar o no, podemos considerarlos una transformación demasiado radical o incluso puede que hayamos tenido alguna mala experiencia. Pero las orejas parecen tener inmunidad en el mundo del piercing. La mayoría de nosotras prácticamente nacemos con nuestro primer par de aretes puestos, así que, a partir de ahí, sólo queda innovar.
Sin embargo hay partes de la oreja que casi ni sabíamos que existían... ¡y todas son susceptibles de recibir un piercing!
El del lóbulo es el más común. Que levante la mano quien no conozca a alguien con un segundo, o tercero, o cuarto arete en el lóbulo.
Tragus. Ese es el nombre que recibe ese pequeño botoncito que protege el conducto auditivo. En los últimos años, el piercing de tragus se ha convertido en tendencia.
Helix delantero. La parte del cartílago situada justo encima del tragus es la última moda en piercings de oreja.
Cartílago. También llamado helix posterior, es uno de los piercings de oreja con más recorrido y fue una auténtica tendencia allá por lo años 90. Ahora vuelve con fuerza, y muy renovado.
Industrial. La auténtica locura entre las adolescentes (y no tan adolescentes). Su aspecto transgresor no está reñido con la moda.
Antitragus. Una versión un poco más atrevida del piercing tragus. Solo para las más intrépidas.
Con información de: adelamicha
Imagen de: archivo internet