A escasos días de las elecciones intermedias y con un país lleno de alertas, desde climáticas hasta políticas, surge la duda ¿cuál es el papel que deben jugar los ciudadanos?, el gobierno actual va por la mitad de su proyecto de trabajo, los resultados hasta el momento experimentados, no se acercan a las promesas de campaña, diversos factores pueden justificar el poco crecimiento económico, la propaganda política no ha sido tan efectiva como para que los mexicanos aún crean en las cifras macroeconómicas como una esperanza alentadora para estar tranquilos porque pronto sus bolsillos se verán beneficiados, el mexicano promedio, lo ve muy lejano.
Con estas elecciones se renovará la Cámara de Diputados con el voto de todas las entidades federativas, habrá elecciones locales en Baja California Sur, Campeche, Colima, Distrito Federal, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, México, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sonora, Tabasco, Yucatán y Chiapas, además 9 entidades de los Estados Unidos Mexicanos, votarán por nuevo gobernador (Baja California Sur, Campeche, Colima, Guerrero, Michoacán, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí y Sonora).
Son las primeras elecciones que estarán a cargo del ahora Instituto Nacional Electoral (INE), presidido por el Doctor Lorenzo Córdova Vianello, quien en días recientes se llevó una desafortunada experiencia al no conciliar su línea de pensamiento en lo público y lo privado y creer que cuenta con respeto a su vida personal, en un país con tanta deslealtad.
Las campañas han sido una guerra de denuncias, propaganda sin sentido político, basada en la promoción a partir de denuncias de quién ha hecho más mal al país; asesinatos, mucha sangre y ofensas, nada que ayude a la credibilidad en la clase política.
Este ejercicio es la oportunidad de equilibrar al Congreso, quizá los representantes no son los mejor calificados y lo que los deja aún peor, es que no se preocuparon por hacer llegar sus propuestas en los medios masivos, pero, si con el voto se evitan mayorías, podría existir al menos la posibilidad de que las decisiones del ejecutivo puedan ser cuestionadas y éstas se encuentren mejor fundamentadas.
Existe la tentación de llegar a las casillas y ejercer el voto nulo, pero su efectividad es cuestionable porque sólo funcionaría si los 83 562 millones de mexicanos registrados en la lista nominal del INE, expresaran su voto de esta forma, es decir, que México olvidara a esos muchos “méxicos”, se unieran y el resultado fuera un “no” rotundo a los candidatos, como bien propuso alguna vez don José Saramago.
¿Qué hacer?, ¿dejar en manos de unos cuantos la decisión?, ¿o al menos ir por un voto informado?, hay herramientas que nos permiten al menos conocer las propuestas de los candidatos, aquí una liga para buscar información de los contendientes de PRI, PAN, PRD, PT, PVEM, Nueva Alianza, Movimiento ciudadano, Morena, Humanista, Encuentro social y candidatos independientes: http://www.votoinformado.unam.mx/
Como ciudadanos tenemos la obligación de participar, desde los que fueron seleccionados como funcionarios de casilla, que hay que convencer casi con súplicas, hasta el ejercicio del sufragio, el país no está en nuestras manos, pero lo poco que podemos hacernos escuchar, debemos hacerlo.
