Pues sí, tan rápido aprende Videgaray a manejarse como canciller de México, que ya le administró al presidente Trump una cucharada de su propia medicina.
Recapitulemos la historia:
Después de un inédito desencuentro (diplomático de parte de Peña y tuitero de parte de Trump), el presidente mexicano anunció la cancelación de la visita a la Casa Blanca que estaba programada para el 31 de enero de 2017. Esto sucedió el día 25 cuando, por la mañana, el mandatario estadounidense pronunció un discurso sobre el muro fronterizo pues había firmado la orden ejecutiva para iniciar su construcción.
El hecho de que Enrique Peña Nieto anulara esta reunión, significó en la prensa gringa y más aún, en la prensa internacional, una humillación para Donald John Trump, alias el POTUS.
Editoriales, notas informativas, artículos de opinión y hasta sketches proyectaron la derrota trumpista en su intento por pisotear a México e hicieron resonar dicho escándalo por todo el espacio radioeléctrico y virtual de las comunicaciones. Donald quedó como lo que es: un burdo hombrecito.
Pero Donald se quedó con el orgullo herido y por supuesto que no lo dejaría así... Por lo tanto, el 1 de febrero, luego de que sostuviera una conversación telefónica con su homólogo para supuestamente limar asperezas, desde su gabinete se filtraron medias verdades a periodistas mexicanos con el fin de simular un sobajamiento a Enrique Peña Nieto. Ambos países desmintieron tal versión pero la treta estadounidense logró aminorar el ridículo de Trump, al menos, en el corto plazo.
Y es que en la susodicha llamada, Trump asumió el compromiso de YA NO HABLAR EN PÚBLICO de su insulso muro. ¿Qué pasó ahí? Que Peña Nieto, además de humillarlo diplomáticamente, le selló el pucherito. Jajaja. Peña hizo que Trump dejara de abordar el tema neurálgico de su campaña contra México y principal promesa electoral.
Al magnate neoyorquino, enquistado hoy en Washington, le urgía curar su vanidad y entonces optó por hacer lo que mejor sabe hacer, que es jugar sucio. Pero no contaba con la astucia del mexicano quien también sabe regresar piropos y madrazos...
Ahora, a poco más de una semana de distancia, Donald Trump rompió el acuerdo y volvió a la carga. No se pudo contener un segundo más y despotricó de nuevo contra los migrantes, afirmando que el muro ya está en proceso de diseño. ¡Órale!
Y qué casualidad... Ahora la cadena noticiosa CBS reporta, sustentada en revelaciones de funcionarios mexicanos, que Luis Videgaray participó en la redacción del discurso que Trump pronunció aquel 25 de enero. Sí, señor. Que Videgaray suavizó las palabras del presidente de Estados Unidos, nada más y nada menos.
Y es que Trump de todos modos se expresaría sobre el decreto para levantar su kilométrica barda. Eso era inevitable. Pero Videgaray habría modificado sus enunciados soeces (originales) por unos más amables.
Trump dijo el 25 de enero: Acabo de firmar dos decretos que salvarán miles de vidas. Estamos en medio de una crisis con nuestra frontera sur. El aumento sin precedentes de inmigrantes ilegales está perjudicando tanto a México como a Estados Unidos. Aumentaremos la seguridad de ambos países y la unión americana retomará el control de sus fronteras. Vamos a trabajar con nuestros amigos en México. Vamos a salvar vidas en ambos lados de la frontera y pienso que podremos mejorar nuestras relaciones porque entendemos que una economía mexicana sana y fuerte es buena también para Estados Unidos.
¿Se le había escuchado antes a Trump una declaración tan cordial, tan diplomática, tan políticamente correcta? ¿Qué no acaso don trompetas era enemigo de la corrección política? Es decir, sí, habló de levantar un muro pero no habló con el estilo característico que ya todos le conocíamos. Jamás, como en esa ocasión, tocó un asunto tan polémico con una retórica tan blanda.
Así que la intervención de Videgaray Caso es muy verosímil pese a negarlo con un tuit ambiguo: Nunca pensé que llegaría el día en que yo usaría esta frase, pero hoy aplica: FAKE NEWS.
Videgaray no especifica, no explica, a qué señala como noticia falsa. ¿Por qué no dice con claridad que lo publicado por CBS (sobre su injerencia en el discurso del 25 de enero) es mentira? Simple: Porque Videgaray no lo desmiente del todo.
Y porque con esta acción el gobierno mexicano deja la defensiva y empieza la ofensiva. Recordemos que según CBS, sus fuentes fueron MEXICANAS. Y recordemos que según Dolia Estévez (cuando aseguró que Trump había amenazado a Peña con el envío de militares), sus fuentes fueron ESTADOUNIDENSES.
¿Qué ocurre aquí? Pues que se ha librado una guerra de medias verdades, una guerra que comenzó el Tío Sam. Y hoy Luis Videgaray demuestra que no sólo domina ya la mundología sino el arte trumpiano devolviéndole a su creador, el actual POTUS, una probadita de ese veneno expedido a raudales contra México.
¿No cumples tu palabra?, ¿te gusta romper acuerdos?, ¿te gusta sembrar cizaña?
Bien, ¡el que se lleva se aguanta!
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