Daniela Zepeda Orozco
Lejos de lo que se esperaba con Gustavo Costas, el Atlas poco a poco se despide de las posibilidades de alcanzar el campeonato para celebrar el centenario, al menos en este semestre del año.
Las ilusiones de los aficionados han venido en decadencia desde que Atlas fue comprado por Grupo Salinas hasta la fecha, los pocos buenos resultados hacen que se olvide la promesa de un campeonato, el poco compromiso mostrado por los jugadores, el cuerpo técnico y los propios directivos, los clásicos tapatíos perdidos y las humillaciones, los problemas con barristas y aficionados del club. Tanto ha pasado que la confianza se ha venido abajo.
Particularmente en este torneo que recordaremos todo comenzó con el pie derecho al ganarle a Querétaro y al ver a un director técnico visceral, apasionado, quien siempre mostró sus emociones, esos dos factores hicieron que la afición rojinegra comenzará a soñar en lo que pintaba para ser una temporada histórica con el regreso de Rafael Márquez, con un ganador en el banquillo, con la media de la selección Uruguaya;
La realidad se mostró jornada a jornada, las carencias del cuadro se han puesto en evidencia tantas veces.
La lentitud a la hora de generar jugadas, a la hora de salir, la falta de delanteros porque pareciera que Gonzalo Bergessio no ha entendido que en el futbol mexicano no basta con un gol por torneo para ser estrella. La caída anímica y la baja de juego de Alfonso Arturo González o que decir de la lentitud de Egidio Arévalo; nadie cuestiona la entrega partido a partido del “Káiser” pero no basta con empuje y corazón.
Los que algunas veces dan chispazos son Rodolfo Salinas o el colombiano Jefferson Duque. Dieter Villalpando desaparecido hasta de Copa Corona Mx. Se puede decir que Walter Kannemann si resultó ser un guerrero y es el único que hasta el momento ha mantenido a un sector de la afición enganchada con el equipo;
Y si no fuera ya bastante con los problemas en la cancha, la falta de idea futbolística, la afición también se separa están los que cada 15 días y por suerte van a al Estadio Jalisco, esos si son rojinegros y están los que no pueden asistir, esos ya son de otro nivel, están los que saben los nombres de todos los jugadores que han portado la camiseta rojinegra, están los que se conforman con saber los nombres de la planilla actual y por supuesto están los rojinegros que son amigos de los administradores de las redes de Atlas y posan en los promocionales de cada 15 días, los que tienen casacas de entrenamiento gracias a esos mismo amigos y de ahí sacan dinero.
Están los que hasta tienen un nombre característico y aplauden a cualquiera que hable de sentimiento en lugar de realidades futbolísticas.
¿Qué le espera a un equipo que paso de ser incluyente a excluyente? ¿Qué le espera a un equipo que ser arma con veteranazos? ¿Qué le espera a un equipo que ya se despidió de uno de los torneos que más alegrías le dio?
Dicen los propios aficionados que el amor verdadero duele y Atlas, Atlas duele en demasía.
Qué lejos estamos de celebrar un centenario con un campeonato, que lejos estamos de la gloria, de lo que conocimos como Atlas, que distante el sentimiento y el corazón en aquellos que solo son de ocasión.
Felicidades barra 51 por tus 18 años de garra, lástima que no todos amamos como ustedes lo hacen.
